lunes, 23 de septiembre de 2013

I Muestra de Flamenco

Hoy comienza en el Teatro Central lo que pomposamente ha sido denominado "I Muestra de Flamenco". Desde luego, son unos términos bastante engañosos. En realidad, se trata de una selección de los artistas y sus espectáculos ―recitales más bien― que estaban dispuestos a "ir a taquilla", es decir, a cobrar en función de lo que se obtuviese en taquilla.


Es una fórmula con una larguísima tradición en el mundo del espectáculo que dio buenos dividendos a los artistas que supieron ganarse el favor de los públicos ―con ella Valderrama se hizo terrateniente― y que viene a paliar la pésima situación económica de unas administraciones empobrecidas por banqueros y sindicalistas sin escrúpulos y políticos tan corruptos como ignorantes, y que encima pagamos con nuestro dinero.

Para esta "Muestra" la Junta se limita a poner a disposición de los artistas unas instalaciones apropiadas. Es una salida con la que estamos plenamente de acuerdo.  Por un lado, se le saca rendimiento a los teatros públicos y se da la oportunidad a quienes sean "valientes" de vender su arte en unos locales que son de todos. Aunque, desde luego, para este viaje no hacía falta que fuese un año de descanso en la Bienal de Sevilla. Se puede y se debería hacer en cualquier momento y en cualquier rincón del mapamundi.

Pero, evidentemente, la Consejería de Cultura no puede limitarse a esto. Si fuese así, sobraban desde la misma Consejería hasta el último empleado de sus Agencias o Institutos. Hay que ayudar a los que empiezan en su lucha por abrirse camino en este mundo y, por supuesto, ayudar a esa criatura que llamamos Flamenco a que crezca, evolucione y se enriquezca, a que pueda llevar a los escenarios todo cuanto su imaginación sea capaz de idear. Y eso requiere estímulos económicos. Al menos, una parte de lo que nos quitan cada mes a los afortunados que cobramos de una nómina.