Aquí tenéis una tarjeta de visita de Juan que habla por sí
sola: un artista polifacético con la mente abierta a todo lo que sea música y
arte.
EP. ¿Cómo ha sido tu vida artística?
JM. Un poco antes de empezar en la Academia de Pepe Moreno,
ya empecé a cantar con grupos de Rock, Rock Andaluz, haciendo versiones de
otros grupos de rock, como Triana, Alameda, Pata Negra.
EP. ¿Cómo ves tú esa relación entre rock y flamenco?
JM. Yo pienso que si el tema y el contexto de algún
tema en concreto es bueno, si la música es buena, es bueno. A mí me gustaba, porque
había sonidos que me gustaban y ritmos que me gustaban. Después, te vas
adentrando y va uno buscando su propia línea, pero yo lo veo que está bien.
EP. Eso tuvo su época y se vino después un poquito abajo, ¿no?
JM. Bueno, yo creo que todavía está de moda, aunque no se
lleve a cabo. La verdad es que se hicieron
bastantes cosas, llevar lo acústico a lo eléctrico y sonar flamenco, y sonar
como una guitarra, a mí eso también me va.
Eso fue uno de mis principios, después
los concursos, empiezo a formar grupo, cuadros flamencos, y ya empiezo a
viajar fuera. La primera vez que yo salí fui a Liverpool…
EP. ¿Y eso, cómo conseguiste hacerlo?
JM. Yo tenía un grupo de rock y de funk y trabajaba con
mucha gente haciendo estas cosas. Y eso surgió gracias a Dani Cortés, un buen
amigo mío y un gran guitarrista de Dos Hermanas con el que yo había trabajado
en Triana y en otros sitios. Él se había ido a Liverpool a la escuela de Paul
McCartney a dar clases de flamenco.
EP. ¿De qué año estamos hablando?
JM. Eso fue en 2001. Entonces, me propone Dani, porque yo
había hecho cosas con él de flamenco y de rock, porque él toca la guitarra
flamenca y la guitarra eléctrica. Ahora va con Antonio Smash, va con ellos tocando, y
ha grabado cosas con mucha gente. Es un gran músico. Entonces, me propone ir a
Liverpool a hacer un espectáculo con dos percusionistas hindúes, con un bajista
alemán de jazz y él tocando la guitarra y yo cantando. Era un poco un tributo acompañando
a Juan, ese grupo, acompañando a ese nombre. Y se llamaba así: "El Nombre". Ese
fue mi primer trabajo en el extranjero y lo que hicimos fue como una mezcla,
hicimos “El fuego fatuo", tientos-tangos, canciones tradicionales
arregladas con el bajo y ahí empecé a
conocer a muchos músicos de otros estilos musicales que no eran del
flamenco, después ya vine y comencé a viajar a otros países. Fui a Dinamarca en
el 2003 o 2004, Después ya hice una gira en
Rusia en 2005.
EP. ¿Con los mismos grupos?
JM. No, no, con diferentes personas. Eso fue mi primera
parte. Ya después yo seguí trabajando con el Nombre y he grabado temas, incluso
tengo temas míos y temas de Dani que son del Nombre, y eso lo he continuado.
Eso fue como mi primera raíz y después seguí con el flamenco, vine aquí, empecé
a hacer recitales y a trabajar en los tablaos.
EP. ¿Has ido también a concursos, ¿no?
JM. Si, empecé a ir a concursos, pero me “jarté” de los
concursos y dejé de ir. A mí me
cansaron, me quitaron la ilusión los concursos. Sé que es positivo. También me
ilusionaron en su día, pero llegó el día en que yo ya no estaba ilusionado,
incluso no quería ir a ningún concurso y dije: voy a hacer mi carrera y no me
hace falta el concurso.
EP. ¿Qué tienen de malo los concursos?
JM. Lo que tienen de malo. Lo peor que te puede
pasar en un concurso es que la persona que te esté juzgando tenga menor nivel
que tú de conocimiento. Eso creo que es. Después los hay que tienen mayor nivel de
conocimiento y entonces ahí yo ya estoy seguro de lo que hago, pero cuando tu
encuentras a una persona que te dice, no sé, una barbaridad sobre algo que tú
has hecho, cuando no es lo que tú has hecho, cuando tú eso lo sabes a ciencia
cierta y te lo dice una persona que te va a juzgar encima, o que ya te ha
juzgado, eso ya de momento, de entrada, te hace mucho daño. Después, que no
valoren la creatividad en los concursos, me parece una barbaridad. No hay que
cantar “por alguien”, hay que cantar, lo que hay es que expresar y tratar de
decir lo mejor que tú sepas. También hay concursos y gente que ha ganado
concursos que lo merecía. No digo que no
sea justo ni injusto ni nada, pero no los veo, creo que deberían de ser de otra
manera. Tendrían que ser artistas cualificados los que lo hacen o profesionales
de esto, con una documentación y con una historia, pero no cualquiera que esté
en una peña puede juzgar, porque cualquiera que esté en una peña es igual de
aficionado que yo. Total que yo me
aburrí y seguí estudiando por mi cuenta.
EP. Y para esos recitales que has hecho, según te van
surgiendo, ¿cómo te llaman?
JM. Bueno, la gente
te va conociendo porque, a partir de 2005 ya empecé a trabajar en los tablaos
de Madrid y de Sevilla.
EP. ¿En qué tablaos has trabajado?
JM. Bueno, pues he trabajado en Las Tablas, Casa Patas y
después aquí en Sevilla he estado trabajando en El Arenal, en El Palacio
Andaluz, en el Museo de baile, en el Álvarez Quintero y en los Gallos, sobre
todo. Donde más he trabajado es en Los Gallos.
EP. ¿Qué aportan los tablaos a un artista?
JM. Los tablaos aportan todo: la estabilidad, el ritmo… Ya
no solamente para el baile, sino para el cante solo, también, el tener
reflejos, o sea, poder tener un acto reflejo, poder tener las letras en la
cabeza y automáticamente, en medio segundo, tienes que lanzar una letra si la bailaora
te mira. Eso tiene que ser en medio segundo. En el tablao tú te acostumbras a
cantar con muy diferentes guitarristas, a cantarle a muchas bailaoras, a cantar
todos los días, que es lo más importante del tablao, pues es una forma física.
Cuando tú estás cantando todos los días, la voz se estira, la voz queda
fraguada. Si te acostumbras a cantar todos los días la voz se despierta. Es
como si te dijera: “estoy ya despierta”. Eso sí lo tiene el tablao. Es como el
entrenamiento.
EP. Es como una escuela.
JM. Como la escuela. También se aprende mucho con los
compañeros, ¿eh? y la gente se va
enterando y te van llamando. Sales al extranjero, viajas con un grupo, alguien
te ve y te puede llamar. Si hay gente trabajando allí, vuelves a ir. Vas a
Canadá, te escucha la gente, hay otro festival, te vuelven a llamar. Yo he
trabajado por el boca a boca y se puede decir que no he trabajado apenas por
representante. He trabajado más por compañeros que por organizadores. Pero es
verdad que he tenido suerte y no me ha faltado el trabajo hasta el día de hoy.
Hago muchas cosas, también trabajo en teatro. He estado haciendo
cosas de teatro infantil…
EP. ¿De teatro o cantando?
JM. Sí, he
ido cantando, he ido como narrador, con algún papelillo de actor y como
titiritero, también. Aparte de flamenco, he cantado con un grupo de
música latina, he cantado boleros, son, cha-cha-chá, con algunos grupos de
jazz... He cantado con orquesta andalusí, con orquestas orientales, con músicos
judíos, cosas de iglesia, con órgano de iglesia. Tengo dos o tres espectáculos
de poesía. Uno es con José Mª Gómez Valero y David Eloy y el otro con Carmen
Camacho, Jesús Vigorra y un organista, otro con Carmen Camacho y una bailarina.
Colaboro en algunos espectáculos como el Guernica
de Daniel Casares y otros. Estoy con algunas compañías de baile y ahora estoy
grabando un disco. En fin, trabajo con mucha gente.
EP. ¿Cuándo sale ese disco?
JM. El disco, para finales de año ya está terminado. O sea
que vamos a empezar el año 2014 con un disco.
Para que puedan digerir esta densa entrevista y no cansarles
demasiado dejaremos para mañana lo que nos parece la guinda: sus lúcidas
opiniones sobre un tema tan espinoso como articular flamenco e innovación. No
se la pierdan.
Eulalia Pablo