Con ese cartel se podía esperar todo. David Pérez y Paula
Comitre en el baile, Edu Hidalgo en el cante y Liam en la guitarra. Y eso es lo
que nos dieron: todo un recital de escándalo. Liam abrió con una espléndida
malagueña. Paula estrenó una preciosidad de taranto. Fundió elegancia y jondura.
Profundidad de sentires y belleza de formas. Esa es su forma de bailar.
Después
Edu nos metió el corazón en un puño por soleá.
Y apareció David y con él fue el
acabose. La apoteosis, como decía aquel cabal. Martinete y seguiriya. Bastón y
brazos. ¡Qué despliegue de recursos!
Fuerza, garra y precisión. Agilidad de felino, imaginación de poeta y pies
rotundos.
Para rematar las acostumbradas sevillanas y las pataítas por
fiesta. No se puede pedir más.
José Luis Navarro