Luisa ha dicho “Aquí
estoy” y se ha convertido en el referente de una escuela sevillana
actualizada. Y es que Luisa lo tiene todo y todo en su justa medida.
Hace el baile de hoy luciendo muy buenos pies. Pero sin perder la
femineidad. Porque lo suyo es el baile de mujer. El baile de brazos y
manos. Y de hombros. Un baile en el que todo cabe: rasgos de majeza,
voluptuosidad en las caderas, genio, belleza en las figuras,
elegancia en el porte. Un baile que cautiva desde que ella aparece en
el escenario.
Foto de archivo |
Luisa transmite con
su baile lo que siente en cada momento. Seriedad por seguiriya,
sensualidad por tangos, jondura por soleá. Por eso nos emociona. Ya
se sabe que si no hay emoción, si no hay sentimientos, no hay
flamenco y el baile de esta malagueña es flamenco puro.
Anoche dio un
recital en el que lo puso todo sin abusar de nada. Cada cosa en su
sitio y en su momento. Se adornó con el mantón y bailó con bata de
cola. Pero siempre el protagonista fue su baile. Hubo enjundia y
mucha generosidad.
Vino además muy
bien acompañada. Dos buenas voces, Manuel Romero y Ana Gómez y una
espléndida guitarra, Miguel Pérez. Manuel y Ana se lucieron por
cantiñas y Miguel hizo una muy personal guajira.
José Luis Navarro