domingo, 28 de junio de 2015

Una lección de contratiempo en Orillas de Triana

El martinete es, desde luego, uno de los palos fuertes de David Pérez y anoche lo bordó. Fue toda una lección de percusión a base de pies y bastón.

 
Pero no solo eso. David es además capaz de parar el tiempo quedándose suspendido con figuras poco usuales. Pero ya se sabe que vale más una imagen que cien palabras. Así que vean ustedes mismos qué estampa y qué arabesco:





Con él compartió tablas Matilde Antón. Fue un torbellino derrochando simpatía, gracia y sal por alegrías. Mirenla cómo se luce:



Al final los dos bailaron unas sevillanas.


Atrás un lujazo de guitarra, Alberto López, con el cante del Niño de Gines.


                                                                                                     José Luis Navarro