Como el mismo Poveda comentó, este año ha venido a quitarse
una espinita. Debido a un problema de salud, en la edición anterior no estuvo
al 100% (aunque el público que asistió no piensa igual). VAYA SI SE LA QUITÓ!!!
Tuvo un comienzo brillante con una minera que nos dejó a
todos sin palabras. Poveda es un cantaor que si bien tiene unos altos
impresionantes, no se conforma con quedarse en ellos, sino que recorre toda una
gama de matices con su voz, que hace que sea toda una delicia escucharlo. Recorrió
una variedad de cantes distintos haciéndonos sentir la esencia propia de cada
uno.
Si tuviese que destacar de entre todos algunos además, por
supuesto, de la minera con la que abrió el recital, me quedaría con dos: las
alegrías con las que nos impregnó de ese aire de Cádiz tan fresco y alegre,
pero a la vez lleno de fuerza y los tientos que terminó por los tangos del Titi, haciendo su particular homenaje a los gitanos de Triana marcándose unos pasitos.
Para el que aún no haya tenido la oportunidad de ver a
Miguel Poveda en directo, es una cita obligada.
Rocío Navarro