Yo no nací en Sevilla. Quizás por eso la veo muchas veces
con ojos de turista y, quizás por eso también, siga teniendo Sevilla para mí ese encanto que el
turista es capaz de disfrutar más que nadie. Desde luego, a mí me encanta ser
turista en Sevilla. Por eso, me gusta hacer las mismas cosas que hacen los turistas.
Y, por supuesto, las hago. Y es que, ¡qué bien viven los turistas!
Tablao Los Gallos |
Viene todo esto a cuento de los tablaos flamencos. Para
muchos son sitios para turistas. Yo no los frecuento mucho, pero, como me gusta
hacer las cosas que hacen los turistas, sí voy a alguno de vez en cuando. Y me
lo paso muy bien. Y veo buen baile y escucho buen toque y buen cante.
Obviamente, no todos los artistas son primeras figuras. Eso tampoco hace falta
decirlo. Pero, en un momento u otro, casi todos los tablaos las han tenido en
sus cuadros.
El otro día me di una vuelta por Los Gallos. No era la
primera vez. Recuerdo los toques que allí he tenido la fortuna de escuchar a
Rafael Rodríguez, toda una orquesta sinfónica de cuerdas para el baile. En esta
ocasión, el que llevaba la voz cantante de la sonanta era Juan Carlos Berlanga y
no lo hacía nada mal. En el cante, ese papel lo desempeñaba Juan Murube, una de
las voces más limpias y uno de los cantaores con más conocimientos de cante de
este momento. En el baile, nos volvió a cautivar Mª Ángeles Gabaldón. Siempre
lo hace. Bailó alegrías y dio una lección magistral de cómo se mueve una bata
de cola y cómo se maneja un mantón. ¡Ole!
Completaban el cuadro otras tres bailaoras: Begoña Arce,
Soraya Clavijo y Rosario Toledo. Cada una le puso su aquel a un espectáculo que
no regateó casi nada a los "turistas": 1 hora y 45 minutos de "show" y
11 artistas sobre las tablas.
José Luis Navarro