Con el título que encabeza estas palabras
hemos visto en acción un “Concierto Didáctico” ideado por José Luis Navarro
para mostrar -de modo tan sencillo como eficaz- algunos aspectos de la historia
de estos establecimientos flamencos que señalaron época y fueron clave para la
definición del “cante” y el apogeo del “baile” con el concurso del subalterno
“toque”; que, no obstante, solía alcanzar la dirección de las actuaciones que
en tales establecimientos se ofrecían.
A modo de conferencia escénica se presenta
esta semblanza de lo que fueron y supusieron Cafés Cantantes -de Silverio, el
Burrero, Chinitas, Novedades, Naranjero…- para el desarrollo del género en el
último tercio del siglo XIX y principios del XX. Eulalia Pablo, con su voz
cálida, más que leer cuenta un guion que conoce y cercanamente comunica.
Lo hace con argumentos y anécdotas que se van
entrelazando con las intervenciones de cuatro jovencísimos artistas, quienes son estampa imaginada según
la estética imperante en los cafés. Por ellos se cumple el repertorio: Jaleos,
Alegrías, Seguiriyas del Sentimiento de Silverio, Tientos y Tangos, Malagueñas
de Chacón y de la Peñaranda, y Soleá.
Lo ejecutan con conocimiento y afición. Regenerándolo a su modo, cada cual con su
particular aptitud y capacidades: Javiera la Morena baila con el don del
encantamiento, Marta Balparda es la vertical poderosa en gracia, Rocío López
“La Boterita” canta con limpieza y sabor de cobre, a la vera del tocaor Gori
Mazo quien con sus gestos desarrolla la geometría del tiempo y de la música.
¡Claro que sí! ¡Qué viva! ¡Qué viva y qué
reviva así contada la memoria de los Cafés Cantantes! ¡Viva!
José
Luis Ortiz Nuevo