miércoles, 27 de noviembre de 2013

Un rato con Juan Murube

A la muerte de Camarón hubo quienes vaticinaron una debacle para el cante flamenco. Afortunadamente, hoy podemos decir que no ha sido así. La cantera de cantaores ha ido renovándose y surgen nuevos nombres que aseguran el futuro.

Juan Murube es uno de ellos. Ahora mismo está grabando su primer disco y se enfrenta a este reto con una enorme ilusión y dedicación. Para apoyarle e intentar conocerle mejor como persona y como artista, realizamos esta entrevista, que pensamos que no tiene desperdicio.


Eulalia Pablo.  Empezamos con lo de siempre, es decir, presentarte. Te llamas Juan Murube, ¿qué más?

Juan Murube. Mi nombre completo es Juan Antonio Hidalgo Murube.

EP.  Y has nacido ...

JM. En Sevilla, en Bellavista.

EP. ¿Se te puede preguntar la edad?

JM. Sí, yo no tengo problema. Nací en el 78.

EP. ¿A qué has dedicado tu vida desde entonces? Y,  más concretamente, ¿cómo y por qué surge el flamenco en tu vida?

JM. Bueno, el flamenco surge  desde que de pequeño oyes  unos cantos determinados, unas formas determinadas, que son del  flamenco. Oigo primeramente  a mi padre, que es un buen aficionao, a otros,  en los festivales, en las peñas.

EP. ¿Tu padre canta?

JM. Sí la verdad es que sí. Hace cositas.

EP. ¿Y tu madre?

JM.  Mi madre canta a escondídas.

EP. Ah!, que canta pa ella. Pero, ¿va a los recitales?

JM.  Sí, nosotros desde pequeños hemos ido a las peñas y a los festivales. No es que sea de ir cada domingo, pero el flamenco ha estado siempre presente en casa, igual que otras músicas. En mi casa se ha escuchado siempre buena música, que yo he tenido a la mano.

EP. ¿Qué músicas?

JM. Música clásica o cantantes como Édith Piaf, Elton Jones… o tantos otros, muchísimos, grandes artistas.

EP. Entonces, tú eres aficionado a la música en general  o…

JM . Sí. En principio, yo estoy hablando de lo que escuché en casa. Y, bueno, pues a mí se me empezó a despertar un poco el flamenco con Camarón, Carmen Linares, Enrique Morente, y así sucesivamente y fui escuchando el flamenco desde ahí.  Primero, lo que me gustaba eran las bulerías, los tangos, lo típico y ya después fui adentrándome y escuchando.  Mis inicios como cantaor fueron con los amigos en la calle. Cantaba por gusto lo que yo escuchaba, por alegrías, cuatro cosas por tangos con amigos que nos dedicábamos  a reunirnos en un sitio determinado, en el Cortijo del Cuarto, allí en Bellavista. Y cantábamos y bailábamos como sabíamos y como expresábamos. Éramos caballos desbocaos. Era una cosa sin control. Ya después, gente que sabía que cantaba, me propusieron cantar en el Ballet Andaluz de Pepe Moreno, que está allí en Bellavista. Ese fue, digamos mi primer paso en el flamenco. Yo fui allí a la academia y empecé a cantar para bailar.

EP. Sevillanas, fundamentalmente, ¿no?

JM. No, Pepe, además de sus sevillanas, tenía montado su repertorio: El “Anda jaleo”, los tanguillos de Cádiz, alegrías, tangos,  bulerías, sevillanas. Pero las demás sevillanas iban todas grabadas; soleá también se hacía, una serie de cosas, pero, principalmente,  íbamos cantando flamenco. Y ahí es donde  fueron mis primeros comienzos,  con Juan Calle. He aprendido mucho con él, pues es un gran aficionao, un gran actor y cantaor. No está reconocido porque también se ha dedicado a la…, tenía una carnicería,  y siempre ha estado vinculado a su trabajo, pero, sin dejar esto y ¡con un arte, una naturalidad y un compás! Ese hombre me ha dado a mí unos consejos desde pequeño, desde  mis inicios, aunque yo ya tendría unos dieciocho o diecinueve años cuando empecé en el ballet andaluz. Y realmente ha sido un referente. A raíz de ahí ya empecé yo a ir a los concursos.

EP.  Como un primer maestro, vaya.

JM  Sí, como una persona a la que tú tienes cerca y con posibilidad de poder absorber cosas y que te dice: “Juan por aquí”, “Juan por allí”. En fin, que te da consejos sabios, como un padre. Bueno, mi padre también ha sido mi mayor consejero. Siempre me ha dicho: “Escucha esto, escucha aquello”. Ha tenido siempre información, libros y discos, para que yo pudiera tirar de ellos, para poderme documentar. Eso siempre lo he tenido en casa. Luego, ya he ido investigando por mi cuenta, pues mi padre tiene sus gustos y yo tengo los míos. Coincidimos en muchas cosas, y hay otras que, como todo en la vida, hay diferentes gustos.

EP. Tú has dicho antes que, al principio, te arrastraron al flamenco Camarón, Carmen Linares y Enrique Morente. ¿Cuál de los tres crees tú que te influye más en tu cante de ahora?

JM.  Más Morente

EP. Sí, por lo poco que te he escuchado. Realmente, está su sello  en la gente a la que le gusta Morente. ¿Por qué Morente?

JM. Por su forma, porque me transmite algo más que un simple cantaor. Creo que hace música con su garganta. Creo que ha hecho un estudio de los cantes a fondo. Se estudió a Antonio Chacón, que,  todos lo  sabemos, era el cante a la perfección. Pues esos cantes, que estaban muy ligeros, porque en las grabaciones, había unas revoluciones, Morente se encargó de ralentizarlos y de ponérnoslos al alcance de nuestra mano. Esos dibujos que casi nadie apreciaba. Eso me impactó de momento. Ese estudio tan largo de la malagueña y de seguiriyas.  Y después por su innovación con otros cantes, como la Estrella, como, incluso el Omega, como cualquier otra cosa que hace, que se ha salido de la norma y que ha sabido quejarse de otra manera, doliendo igual (*).

EP. Si, exactamente, a ti lo que te ha atraído sobre todo, como a muchos de nosotros, es  ese Morente  creador, pues él no ha sido un intérprete únicamente. ¿Hasta qué punto tú le sigues y lo haces? A mí me ha parecido, que lo haces. Según estás cantando, haces cosas tuyas, que se te ocurren.

JM. Sí yo no determino un cante, no cierro un cante por completo. Yo cierro un cante cuando estoy en una compañía y hay que cerrarlo, cuando voy con una bailaora y hay que cerrarlo. No siempre, siempre no es eso. Hay muchas bailaoras que  traen esa libertad. Dejo el cante abierto y ahora me dejo llevar y claro lógicamente, me acuerdo de cantaores, me acuerdo de formas de poder hacer y creo que me viene cómodo ese tipo de giro, aunque no vaya buscando ese cante en concreto, pero voy haciendo lo que se me ocurre.

EP. Incluso con las letras. Tú tienes una cierta tendencia a hacer tus propias letras o a hacer letras nuevas, no solo a repetir las antiguas.

JM. No, no, yo tengo letras mías escritas y escribo cosas, pero también me gusta cantar cosas de otros y cosas que no se han cantado. Ahora estoy cantando letras de amigos como José Cenizo, Carmen Camacho, José María Gómez Valero, David Eloy, son poetas que están ahí escribiendo cosas de flamenco y yo estoy cantando eso, cosas mías y analizo también la letra popular que  voy a cantar, no quiero cantar cualquier cosa. Sí, le presto mucha atención a lo que voy a decir. Incluso en el sitio donde estoy cantando.

EP. ¿Qué le pides a una letra para que tú decidas cantarla?, ¿qué es lo que tú buscas en ellas?

JM. Pues lo que busco es que se identifiquen con el estado en que yo estoy y que vaya con el contexto, intento que sea una letra de respeto, que no ofenda a nadie. Sobre todo, busco que sea apropiada. No canto cualquier cosa. Hay veces que he dicho: “Voy a cantar esto y esto” y he llegado a un sitio y he dicho: “No, tengo que cantar esto otro”. Según  el momento, me da la inspiración.

EP. ¿La temática importa?

JM. Según el estilo que esté cantando. Y de nuevo, según el momento. Ahora, por ejemplo,  estoy en un punto en el que soy un enamoradizo de la vida. Hay veces que le canta uno a las flores porque sí, o le canta a la mujer porque sí, o le cantas a tu madre porque estás en un momento que necesitas eso. No voy buscando tampoco algo en concreto, pero me dejo llevar sobre la marcha. Pero, sí es verdad que normalmente intento cantar si es por tangos o por bulerías, pues letras más alegres. Si es por soleá, por letras más... , aunque dentro de la bulería hay letras que son bastante crueles y no son letras alegres. Entonces  si son por bulerías y yo canto “Que remedio no tengas, que te corte un cirujano la campanilla y la lengua”. Yo esa letra no la cantaría en mi vida. Creo que la canté una vez y dije: “¿Para qué has cantado esa letra?, pero me salió y luego me dije no vuelvo a cantar esa letra mientras viva porque no me siento identificado con esa letra, y es más, me da coraje. Es verdad que algunas veces alguien lo ha cantado porque  lo ha necesitado o porque se lo ha deseado a alguien, lo veo bien, pero ese no es mi caso. Yo cantaría cosas más alegres por bulerías.

EP. Es que esa letra no es de bulerías.

JM.  Es de soleá, pero se canta en bulerías también.

 EP. Efectivamente es importante que las letras se acoplen al estilo. Tú piensas entonces que hay que innovar. ¿Qué porcentaje de innovación piensas que debe haber, en cuanto a música y en cuanto a letras? ¿Qué importancia le das tú a hacer cosas nuevas?

JM. Yo le doy toda la importancia. Creo que es necesario. Las cosas viejas están. Yo no puedo cantar como Mairena, porque como Mairena cantaba él. Y ahí está toda su discografía para beber de eso. Y Caracol cantaba como él. Entonces, cuando se va a hacer un estilo de cante, uno va buscando, más o menos, sobre ese estilo de cante, pero cada artista pienso que tiene que dejarse llevar, ponerle un poquito de lo que él sea y lo que quiera decir y utilizar las facultades que tenga, más o menos, para adaptar la forma que sea a eso y, en definitiva, será todo más amplio, tendrá más posibilidades. Creo que la innovación es importante, casi un 100 por cien.

Eulalia Pablo

La entrevista continuará con el apartado dedicado a su Vida Artística. Seguro que les sorprenderá.

(*) Hemos reseñado en negrilla una acertadísima frase suya sobre el cante de Enrique Morente, que puede convertirse en una cita "de libro".