Los
flamencos no tienen remedio. Para ellos parece que no existiera crisis y no hubiese
recortes. Bien puede decirse que anoche La Tobala tiró la casa por la ventana.
Y es que ir "a taquilla" con un elenco de 10 personas para un recital fundamentalmente de cante es un puro disparate económico ―la extraordinaria
farruca que tocó Pedro Sierra fue un lujo añadido y las pinceladas de baile que
puso Eduardo Leal un regalo inesperado―. Desde luego, como público, es muy de
agradecer la generosidad de estos artistas y, sobre todo, admirar su respeto al
arte por encima de cualquier consideración crematística.
Juana
la Tobala dio un recital amplio, denso y variado. Cantó flamenco y se estrenó cantando letras
sudamericanas. En el cante se lució por tangos de su tierra, soleá, tientos,
fandangos acompasados y bulerías. En la canción, acompañada al piano por
Alberto Miras, puso el corazón con En un
rincón del alma del argentino Alberto Cortez y, se despidió, ataviada con un vistoso
traje negro brillante, con Gracias a la vida de la chilena Violeta
Parra.
Con
ella subieron al escenario Pedro Sierra y Daniel Fernández a la guitarra, José
Ángel Carmona al cante, Alberto Miras al piano, David el Chupete a la
percusión, Eduardo Leal al baile y las palmas y coros de Toñi Fernández, Cristina
Tovar, Tere Salazar y Jardanay Sierra.
José Luis Navarro