No puede iniciar mejor la temporada 2013 la fundación
Cajasol. El concierto que ofrecieron anoche Milagros Menjíbar y Luisa Palicio
fue verdaderamente apoteósico. Una auténtica lección de baile de mujer. De ese
baile que hoy se identifica con la Escuela Sevillana. Todo feminidad,
delicadeza y señorío. Miren qué porte:
Una rejuvenecida Milagros estuvo en maestra. No solo demostró
cómo se mueve una bata de cola, sino que fue ejemplo de compostura y
plasticidad. Hizo un baile largo y enjundioso en el que derrochó imaginación y
compostura. Y jondura. Miren cómo se ensimisma para expresar todo lo que la
guitarra de Rafael Rodríguez le inspira:
Y miren cómo transmite todo lo que el cante de Manolo
Sevilla le hace sentir:
Y miren cómo baila el cante de Juan Reina.
Yo hace ya más de treinta años que llevo viendo bailar a Milagros
y no me canso nunca de verla.
Y con ella Luisa Palicio. ¡Cómo bailó esta malagueña!
Demostró que la Escuela Sevillana no tiene fronteras. Que es cuestión de elegancia
y sentimiento. Y ella los tiene. Hizo una guajira espectacular. Al estilo de su
maestra, pero con su propia impronta, con sus propios detalles y aportaciones. Miren
qué sutileza y qué belleza de figura:
Si alguien podía tener alguna duda, ella dejó bien claro que
ya pasaron los días en los que era una revelación, que ya es toda una figura
del baile de mujer.
Y si Milagros y Luisa dieron una lección de baile, Juan
Reina, Manolo Sevilla y Rafael Rodríguez dieron otra lección de acompañamiento.
Un acompañamiento a la antigua usanza, con los mimbres precisos: cante y una
guitarra de concierto que sabe dialogar con el baile.
Los tres son capaces de
hacer bailar a las mismísimas piedras.
El concierto lo principió Milagros por malagueña y enseguida
se le unió Luisa para rematar por abandolaos. Palicio hizo guajira y soleá y Menjíbar
petenera y alegrías. Lo cerraron con unos pregones que remataron con unas
pataítas. Un concierto redondo.
José Luis Navarro
Lugar: Sala Turina (Sevilla).
Fecha: 7 de febrero de 2013.