Estupendo el recital que ofrecieron anoche Arcángel y Fahmi
Alqhai y la Accademia del Piaccere. Fue un encuentro entre dos músicas, la
flamenca, representada por Arcángel al cante, Miguel Ángel Cortés a la
guitarra, Patricia Guerrero al baile y los mellizos de Huelva a las palmas y la
barroca, por Fahmi Alqhai y su estupendo grupo. Una búsqueda en común por los caminos de la música
popular andaluza y sudamericana, con un alto nivel de todos los músicos, que
tuvo momentos excepcionales, como el diálogo entre la guitarra barroca y la
flamenca.
La actuación de Arcángel, cuya voz podríamos considerar como otro
instrumento barroco, fue realmente inmejorable. Impresionante su seguiriya. Su
recorrido por cantiñas no tuvo
desperdicio. Unas deliciosas alegrías tradicionales a media voz, en las que se
sucedían medios tonos y poderosos agudos, llenas de matices y pellizcos y tras
las que fue recorriendo todas sus variantes estilísticas: el Contrabandista,
las alegrías de Córdoba, los Titirimundi... Con gusto y conocimiento. Otro
tanto hizo con la guajira, que si hubiéramos de calificarla, sin duda merecería
un 10, ni más ni menos.
Foto cortesía de la Bienal |
El descubrimiento de la noche fue el baile de Patricia
Querrero, una jovencísima bailaora que en dos o tres años se ha revelado como
una espléndida figura del baile. Tiene en sus pies la poderosa garra del baile
granaíno. La elegancia del baile sevillano en su porte, sus quiebros y sus
brazos. Sabe estar en el escenario, sabe darle a cada baile lo suyo y tiene
gusto y acierto para vestirse sin estridencias y de acuerdo con el carácter del
baile que interpreta. Muy original el atuendo que eligió para la jácara— bulería. Austeridad y elegancia en el terciopelo negro
de la seguiriya y discreta sensualidad para la guajira. Merece
ya un respeto y un sitio en el baile flamenco.
Foto cortesía de la Bienal |
Esperemos que la Bienal siga cosechando éxitos como el de
anoche.
Eulalia Pablo