Anoche presentó María José Pérez (Almería, 1985) “Trazos”, su
primer trabajo discográfico. Fue en la Fundación Cajasol y lo hizo con absoluta
fidelidad al contenido del disco. Para ello, no reparó en gastos y apareció en
el escenario acompañada de cuantos la han arropado musicalmente en la
elaboración de este proyecto: la guitarra de su productor José Quevedo “Bolita”,
el piano de José Carra, la percusión de Paquito González, el bajo de José
Manuel Posada “Popo”, los coros y palmas de Víctor Carrasco y Laura Marchena, y
un quinteto de cuerda formado por Fernando Cornejo y Valentín Sánchez
(violines), Almudena García (viola), Paloma García (chelo) y Javier Rodríguez
(contrabajo).
Fotografías: Remedios Malvárez. Cajasol.
“Trazos” es un retrato musical de María José García. Ahí está
su pasado y su presente. Y ahí se asoma su futuro.
Fotografía: Jaime Martínez. Cajasol.
Hay temas clásicos
(alegrías, granaínas, soleá por bulerías, bulerías, fandango minero y taranta)
interpretados como manda la tradición. Hay inspiradas recreaciones personales
(sevillanas, farruca —el tema que más me gustó— y zambra). Y no faltan ni la canción, “Vida
loca” de Francisco Céspedes, ni el tango argentino, “Nostalgias”. Unas veces
escuchamos ecos lejanos de Vallejo, Fernanda, Caracol o Carlos Gardel. Y
siempre está la inspiración y la orientación artística de “Bolita”.
Fotografías: Remedios Malvárez. Cajasol.
En todos demostró María José un excepcional dominio técnico (afinación,
vocalización, potencia) y todos sonaron flamencos, tanto si los acompañaba una
guitarra como un quinteto de cuerda, porque en todos puso María José el corazón.
Y esa es la esencia de lo jondo.
Una nueva apuesta de Cajasol por los jóvenes y un nuevo éxito
de programación y de público.
José Luis Navarro