Sara Calero (Madrid, 1983) presentó anoche en Cajasol su
último espectáculo, Petisa loca, estrenado
en el Corral de Comedias de Alcalá de Henares el 10 de febrero pasado. Salió al
escenario y lo bailó todo. Los horrores
de la guerra y los recuerdos de su abuelo. El sonido de la música electrónica
de The Lab, la voz de Gema Caballero y los acordes de la guitarra de José
Almarcha. Fue un auténtico vendaval rítmico y estético en el que, en un verdadero alarde
de exuberancia coreográfica —flamenco, contemporáneo, danza española, folclore—,
apenas repitió movimientos. Fue todo precisión, elegancia y exquisitez. No faltó de nada. Hubo momentos de intensidad
emotiva y apuntes de humor. Un espectáculo concebido y llevado a escena a
conciencia, con meticulosidad, rigor y una férrea disciplina.
Fotografía: Remedios Malvárez. Cortesía de Cajasol
Petisa loca —así la
llamaba su abuelo—, su sexto montaje, es completamente distinta a todo cuanto
la madrileña ha hecho hasta ahora. Otro primer paso en una continua búsqueda de
lo nuevo. Una obra personal e introspectiva en la que revive recuerdos y emociones.
Una obra que nos habla con versos de Pablo Neruda de “aviones… moros…y sangre
de niños”, pero también de “negritas” y “azuquita de la caña”. Una obra en la que
juega con el abanico, toca los palillos, taconea, y baila el "María Manuela ¿me escuchas?" de Rafael de León, tangos, tanguillos, soleá, fandangos, rumbas,
guajiras y garrotín.
Fotografía Jaime Martínez. Cortesía de Cajasol.
Con Sara se luce la espléndida e inspirada guitarra de
Almarcha y el cante fundamental de Caballero, verdadero pilar e hilo conductor del
espectáculo. Lástima que la palabra, un elemento tan esencial en la obra, en
muchos casos casi no se entienda, no sé si por problemas de sonido o de
vocalización.
Fotografía Jaime Martínez. Cortesía de Cajasol.
No ha mucho que Sara Calero visitó Cajasol —11 de febrero de
2016— y ya estamos deseando que vuelva de nuevo a visitarnos.
José Luis Navarro