Isabel Bayón prometió "un espectáculo hecho sin pretensiones, sin envoltorios, sin ideas conceptuales de por medio", lo tituló Lo esencial, y eso es lo que hizo en el escenario: bailar.
Hizo
un baile cuidado en extremo —cada figura era una estampa de laboratorio—, una
exhibición de lo que hoy se conoce por Escuela Sevillana. Un baile académico.
Comenzó,
vestida de rojo, por cantiñas e hizo una demostración canónica de cómo se mueve
un mantón y una bata de cola.
Las
remató, subida en una silla, rodeada de su grupo y luciendo una bata que
llegaba hasta el suelo. Tal vez, lo único innecesario fue algún que otro paseo
de sillas por escena.
Se
vistió de negro y siguió por martinete, reproduciendo el zapateado que hiciese
clásico otro sevillano, Antonio Ruiz Soler. Lástima que el sonido del tablao
fuese tan opaco.
La
acompañaron Antonio Campos y Miguel Ángel Soto “Londro” al cante y Jesús Torres
a la guitarra.
José Luis Navarro
Fotos: Jaime Martínez. Cajasol