“Guerrero”
es un título ambiguo. Por un lado, es el primer apellido de su autor y
protagonista; por otro, es una actitud ante la vida. Ambas están en esta obra.
Cante a
cante y baile a baile, ”Guerrero” nos habla de la relación hombre-mujer y los
sentimientos que ocasiona. Tres mujeres cantan al amor, a la tristeza, a la
ternura y al goce de vivir. Cuatro momentos
que titula “Melancolía”, “Desamor”, “Vida” y “Verdades, mentiras y silencio” y
que remata, acordándose de su terruño con “Aires de sal”.
Se inspira en la
saeta, la malagueña, el fandango, la rondeña, el verdial, la
granaína, la bulería por soleá, el polo, la nana, la seguiriya, la serrana, el
tango, la zambra, la cantiña y el cuplé. Y todo lo baila Guerrero.
Guerrero es
un artista en plenitud. Un atleta superdotado para la danza. Un bailaor con un
dominio técnico prodigioso y una mente capaz de imaginar y dar forma en el
escenario a las más insospechadas mudanzas, desde un cambré máximo y unas
figuras imposibles, hasta unos inusitados y sorprendentes movimientos zoomórficos,
como ese reptar por el suelo o andar en cuclillas de un lado al otro de la
escena.
En conjunto,
“Guerrero” es una reafirmación de su ego artístico y un espectáculo que asombra
continuamente al espectador.
Con él tres
voces femeninas, Anabel Rivera, Sandra Zarzana y Samara Montañez, acompañadas
por las guitarras de Javier Ibáñez y Juan José Alba, ponen voz a sentires y
quejas.
El
espectáculo se enriquece con la dirección técnica y el diseño de luces de Félix
Vázquez y Antonio Valiente, tan sugerente, creativa y cuidada, como poco
corriente en la mayoría de los espectáculos que se muestran en nuestros
teatros.
“Guerrero” se estrenó en el Palacio de Congresos de
Cádiz el 16 de enero de 2016 y se repuso en el Festival de Jerez el 11 de marzo de 2017, obteniendo el Premio del Público.
José Luis Navarro