sábado, 29 de abril de 2017

Dos lecciones de cante y guitarra


El espectáculo Entre tarantas y tangos que tuvimos la fortuna de disfrutar anoche en la Peña “El Pozo de las Penas” de Los Palacios, forma parte de la acertadísima y valiosa iniciativa del ciclo “Conocer el flamenco”, auspiciado por Cajasol, cuyo fin queda patente en el título y  tiene un carácter marcadamente didáctico. De hecho, el espectáculo pretende prestar atención y dar a conocer ese flamenco que se ha ido configurando, no necesariamente dentro de las estrictas fronteras andaluzas, como ocurre con una serie de cantes con sello e identidad propia, pero todavía  poco conocidos o al menos poco frecuentados, como los cantes de labor, la riquísima gama de tarantas levantinas o los cantes extremeños. 
Los emisarios, acertadamente elegidos para este  pequeño periplo  de Entre tarantas y tangos por tierras andaluzas:  Córdoba, Sevilla (Fundación Blas Infante), Los Palacios (El Pozo de las Penas) y Montellano han sido:
Al cante: Raquel Cantero Díaz (Cáceres) y  Gema Jiménez Triguero (Jódar)
A la guitarra; Fran Capiscol (Torre Del Campo,Jaén).
 
Todos ellos con un amplio currículo y una sólida formación.
Tras la presentación de Manuel Herrera Rodas, que resaltó, precisamente, todos estos aspectos,  y sus respectivas trayectorias, comenzó el espectáculo, que superó con creces las expectativas. Con el privilegio que supone, el poder escuchar unas voces  y una guitarra al natural y el valor añadido de un público respetuoso y cálido a la vez.


Raquel comenzó su intervención con unos cantes de laboreo (una temporera de Montefrío, un cante de siega de Torre del Campo, seguido de un  cante de trilla, inspirado en el de Bernardo de los Lobitos, con un delicioso remate a media voz que ella le añadió de su cosecha. Delicioso a nuestro entender  y que el público aplaudió a rabiar. Siguió una impresionante caña, llena de matices y rematada por la soleá apolá.


Y cerró su actuación con un amplio, rico, y variado recorrido por los cantes señeros de Extremadura, Jaleos y tangos, en los que es una verdadera experta.
Su complicidad con la guitarra, permitió que, de mutuo acuerdo, nos permitiera escuchar amplios pasajes de ese toque, vibrante, intrépido, casi burlón, y con evidentes raíces  en el folklore popular que les caracteriza. Para nosotros, la guitarra de Fran Capiscol supuso un muy agradable descubrimiento. Por su musicalidad, pulsación y conocimiento.


Gema, con una evidente estética Marchenera, cantó  por tarantas seguidas de colombianas. El tercer bloque estaba compuesto por el romance de Gerineldo, el pregón del Uvero —muy celebrado, como era de esperar, por el público de Los Palacios— y que remató por cabales. El último bloque estaba constituido por una variada serie de fandangos.
Mi enhorabuena a todos.
                                                                                                                                       Eulalia Pablo