martes, 28 de marzo de 2017

El Junco, fiel a sí mismo


Pocas sorpresas puede haber con un recital de El Junco. Hace el mismo baile que hacía una década atrás y muy probablemente el mismo baile que hará la próxima década. Una buena técnica de pies —en esto cada día que pase le van a salir competidores difíciles de superar— y ese pellizco gaditano que es su sello de identidad más destacado.


En Pa flamenco yo hizo de todo: cantó, actuó, dialogó y, por supuesto, bailó. Urdió una trama teatral con detalles autobiográficos por aquello de no quedarse en un mero recital —que es fundamentalmente lo que el público paga por ver— y salió a escena, recién llegado de Cádiz, diciendo que iba a la escuela de Manolo Marín y que le habían dicho que preguntase por Celestino. Y luego a bailar. Primero soleá por bulerías. Cien por cien El Junco.  Luego farruca con unas gotitas de Gades, un apunte de taranto y unos tangos, para rematar con una caña a dúo con Susana Casas, que completaría su actuación con una seguiriya con palillos y una soleá con una bata de cola que no llegó a despertarse. David el Galli y Jesús Flores con la guitarra de Miguel Pérez, espléndido toda la noche, y la percusión de Roberto Jaén tuvieron su momento alante con unos fandangos.
Juan José el Junco cerró la noche retomando el diálogo con el que había empezado. Apareció con su hijo mayor para darse “una vueltecita por Cádiz”, le contó cosas de cuando él era chico: el colegio a donde iba, donde él empezó a bailar, la Peña Cultural y Recreativa El Nazareno, imitó a Chano Lobato, y por fin unas alegrías en familia en las que su hermano Roberto se destapó con una airosa escobilla “cortita y buena” que arrancó los aplausos del respetable. Para terminar, la obligada fiestecita que cerró el niño con unas acrobacias de breaking, porque para él “el flamenco no”.
La puesta en escena se hizo con sencillez y unas luces elementales que se encargaron de recalcar cierres y poses ensayadas.
                                                                                                                           José Luis Navarro