Anoche en
Orillas de Triana nació una nueva bailaora: Rocío la Pequeña.Venía arropada por la generosidad y entusiasmo de este
ejemplar flamenco joven del que, afortunadamente, gozamos los que nos acercamos
a conocerlos. Con ella en el escenario Lola La Jindra, también al baile, Edu Hidalgo al cante y Liam a la guitarra.
La imagen de
Rocío recordó, tanto en figura como en muchos de los movimientos que dibujó, a aquellas bailaoras
de tronío que se adueñaban por alegrías del público que abarrotaba aquellos cafés
de cante de finales del XIX.
Salpicados
en su baile, hubo también algunos
retazos de modernidad en los que se reconoce la mano e inspiración de David
Pérez, su maestro- preparador.
Como bailaora promete, además de buena estampa, maneras,
serenidad y un enorme espíritu de superación. Le deseamos toda la suerte del mundo.
Lola La Jindra, bailaora holandesa, aunque cueste trabajo
aceptar que no sea de esta tierra, se lució por tarantos y remató con unos tangos preñados de garra y
pellizco que encandilaron a todos.
Edu y Liam, verdaderos padrinos del acontecimiento,
estuvieron como ya es habitual en ellos, derrochando arte y sabiduría. Al final, se sumaron de espontáneos Maise Márquez,
Patricia Guerrero, Gori Mazo y Ed
Westerweele, que, con sus pataítas por bulerías le pusieron la guinda final al entrañable espectáculo.
Entre todos consiguieron emocionar al público, que salió encantado.
¡Enhorabuena, Pequeña!