sábado, 30 de enero de 2016

Otro concierto de lujo en Orillas de Triana



Una de las cosas que más me gustan en el flamenco es asistir a los primeros pasos de las que en un futuro muy cercano van a ser primeras figuras de este arte. Anoche fue uno de esos días. En Orillas de Triana bailaba Paula Comitre. No era la primera vez que la veía y volvió a demostrar todo lo que lleva dentro: elegancia, simpatía, chispa, finura, imaginación. Apostar por ella es apostar sobre seguro.



Con ella volvimos a ver a David Pérez. Bailó como siempre lo hace: en maestro. Su baile es puro movimiento continuo acompasado. Es la riqueza de recursos puestos todos sobre el tablao. Continuamente te sorprende con algo nuevo e inesperado. Verlo en un tablao es, desde luego, todo un lujo, pero él pide a gritos un teatro donde desarrollar todo su arte sin limitaciones espaciales. A ver si los gestores de las grandes citas flamencas le ponen donde debe estar.

 

Atrás y adelante estuvieron Rocío la Boterita y Gori Mazo. Gori abrió la noche con una espléndida granaína. Rocío cantó divinamente por cantiñas. Su voz nos sonaba a gloria.


Fue otro de esos recitales a que nos tiene acostumbrados el tablao trianero. Que siga la racha.

                                                                                                                José Luis Navarro