jueves, 9 de julio de 2015

Tres flamencos en el patio del Cicus

No voy a decir que no se pueda enriquecer el fondo musical de un recital de baile. Sería una estupidez. Pero lo que también es cierto es que tres pueden ser suficientes, si el baile es bueno y, especialmente, si se cuenta con una guitarra como la de Raúl Cantizano. Y eso es lo que ofreció ayer en el patio del CICUS Asunción Pérez “Choni” en un recital que tituló con toda justeza “Flamenco a tres”.

Choni por malagueñas

Fue un paso más en ese viaje a lo nuevo en el que hace tiempo que lleva embarcada. Una muestra más de su capacidad inventiva. De su creatividad y de su cultura flamenca, porque ponerle chinchines al taranto no es ninguna novedad. Así lo solía bailar Fernanda Romero y así lo hacían bailaoras de tiempos pasados. Lo mismo que acompañarse de palillos en la seguiriya. Lo que pasa es que hoy se conoce poco la historia del baile.

Choni hizo un taranto muy serio. Luego se buscó en un estilo que apenas tiene una década de vida: la malagueña. Y la recreó a su saber y entender. Un acierto más. Después nos encandiló por alegrías. Bailó con música y sin música. Y descalza, para que no molestasen los taconazos a las imágenes que no paraba de crear. Hizo un monumento a la belleza plástica, a base de gustarse. 

Choni por alegrías
Cerró con una farruca de lo más clásica. No es corriente que un bailaor haga cuatro bailes en un recital. Choni derrochó generosidad, amén de quintales de arte. Desde luego, Cristina Heeren puede presumir de los artistas que han pasado por las aulas de su Fundación.

                                                                                                   José Luis Navarro