sábado, 11 de julio de 2015

Otro concierto de lujo en Flamenquería


La gran estrella de anoche en Orillas de Triana (Flamenquería) fue el baile por alegrías de David Pérez, que las hizo como Dios manda.

Fue un baile al completo: letras, silencio, zapateado y remate, sin mutilar su estructura, como desgraciadamente suele hacerse ahora, que se tragan porque sí ese momento delicioso que debe ser el silencio, en el que la música se adueña del escenario llenándolo de plasticidad y belleza. 


Hizo un baile de cuerpo entero, pies, brazos, cabeza, hombros. ¿Quién ha dicho que los hombres deben ser mancos y limitarse únicamente a “aporrear la tierra en vez de acariciarla con sus pies”, como criticaba indignado ese gran maestro que fue Antonio Gades? David hizo alarde de su excelente técnica, demostrando que también se puede hacer música con los pies. Fue, en suma, un baile equilibrado al que supo ponerle gracia y pellizco, sabiduría y riqueza. 


Paula Comitre en esta ocasión, ofreció unos tientos-tangos, que no tardarán mucho en alcanzar el alto listón de sus alegrías, y los dos juntos, como postre nos deleitaron con unas sevillanas de arte. 



Otras cosas dignas de reseñar fueron las soleares trianeras de la Boterita y su simpática aportación en la pataíta por bulerías, así como la alegría de ver que merece la pena ofrecerle oportunidades a la sonora guitarra de Samuel Gutiérrez que va subiendo escalones cada día.

                                                                                       Eulalia Pablo Lozano