jueves, 23 de julio de 2015

No se puede bailar mejor

Alberto Sellés dejó boquiabierto al patio del CICUS. ¡Que forma de bailar! Tiene solo 24 años y ya baila como un consumado maestro. Anoche hizo taranto, alegrías y soleá y a cada palo supo darle su esencia: seriedad y jondura en el taranto, fiesta y júbilo en las alegrías y elegancia y señorío en la soleá. 

Por taranto

Por soleá
Y todo tocado por la repajolera gracia de Cádiz. Porque Alberto no puede negar su cuna. Mueve continuamente brazos y manos. Se adorna con pitos. Y lo hace en hombre. Pero hombre nacido en San Fernando, es decir, para lo efectos del flamenco Cádiz. Domina el cuerpo y sabe ponerlo bonito. Lo que se llama compostura. El compás le recorre la columna y lo marca con los pies. Unos pies limpios y precisos. Pies que no aporrean las tablas y que llegado el caso las acarician. La escobilla de la soleá fue una delicia escucharla. Era auténticamente música. Y es que, además, hizo los bailes con riqueza de recursos y completos, sin dejarse nada en el tintero, demostrando todo lo que sabe. Que es muchísimo. Y para redondear su actuación, cuidó el vestuario. De negro para el taranto. granate para las alegrías y con un terno verde para la soleá.

Creo que estamos ante un artista que va a tener un capítulo para él solo en la historia de nuestro baile. 

Por alegrías con todo el cuadro
Vino muy bien acompañado: Miguel Pérez, una extraordinaria guitarra, y Manuel Romero, un magnífico cantaor. Miguel nos regaló una preciosa guajira y Manolo nos sobrecogió por seguiriya. Con ellos estuvo Roberto Jaén a las palmas.

José Luis Navarro