A los políticos andaluces, en su generalizada falta de cultura,
se les llena la boca cuando dicen que, al fin, han conseguido que el flamenco sea
declarado “Patrimonio Inmaterial de la Humanidad”. Probablemente no sepan que,
por citar solo tres ejemplos de nuestro país, las palmeras de Elche, la Fiesta
de los Patios de Córdoba o la Fiesta de “La Mare de Déu de la Salut” de
Algemesí gozan del mismo reconocimiento. Yo estoy convencido, y no porque lo
diga la UNESCO, de que el flamenco es patrimonio de cuantos lo sienten, lo aman y
por medio de él se expresan, hayan nacido donde hayan nacido, hablen la lengua
que hablen y pertenezcan a la etnia que pertenezcan.
Buena prueba de ello fue el recital que dieron anoche en la
Sala Garufa Aniela Mikucka (polaca), Eve Rosenbloom (israelita) y Vahan Davtyan
(creo que armenio). Eso sí, el cante lo puso Edu Hidalgo, nacido en
Extremadura. Pues bien, los cuatro derrocharon flamencura. Se les veía
disfrutar sobre las tablas con "nuestro" y "su" flamenco. Transmitían ese goce de
estar haciendo lo que a uno le gusta. Y lo estaban haciendo muy requetebién. Vean
algunas imágenes:
Aniela |
Edu |
Vahan |
Ellos disfrutaron y nosotros también. No sabría decir quién lo
pasó mejor.
José Luis Navarro