Al cabo del mes, son muchos los jóvenes flamencos que
tenemos la oportunidad de ver sobre las tablas de los locales que configuran el
circuito alternativo sevillano de flamenco. Desgraciadamente, pocos sobresalen.
La mayoría siguen, con mayor o menor fortuna, las maneras que impone la moda —que
también hay modas en esto del baile flamenco—. El día de mañana algunos abrirán
academias y otros terminarán olvidando lo que no habrá sido más que un sueño.
No es el caso de Quique, alumno del Conservatorio de Danza
de Sevilla. Tiene conocimiento, técnica, elegancia, buena planta y ya domina el
espacio escénico. Hay pasión y seriedad en su baile. Y, sobre todo, tiene muy
pocos años y mucho tiempo todavía para seguir aprendiendo. Creo que estamos ante
un futuro artista.
Con él estuvo también en la Caja Negra otra compañera suya del
Conservatorio, Natalia Neiva. Los acompañaron Antonio Sánchez al cante, Diego
Reyes al toque y la percusión de El Tele.
José Luis Navarro