Anoche recibió las aguas bautismales del flamenco el Café
De Arte. Ofició al cante Juan Toro, acompañado a la guitarra por Martín Romero y
el bautismo se hizo carne en el cuerpo de Malena Alba. Fue un acto entrañable
en el que todos disfrutamos del baile de esta trianera.
Malena bailó literalmente en una losa —el escenario mediría
1 x 1.5 metros—. Lo hizo como nos tiene acostumbrados. Finura, elegancia,
conocimiento e inspiración. Y, por encima de todo, arte a raudales.
Principió por tientos. Juan cantó fandangos. Malena volvió
por alegrías. Juan hizo tangos de Granada y Malena se despidió por tangos de
Triana. Un lujazo.
José Luis Navarro