Un buen maestro y una buena alumna son los ingredientes
esenciales para un excelente resultado. Eso es lo que evidenciaron anoche en la
sala Garufa los tientos-tangos que nos regaló Malena Alba, sin duda uno de los mejores que
recordamos haber presenciado en estos casi cincuenta años en contacto con el
flamenco.
Se nota a la legua que este montaje lleva detrás años de
dedicación, esfuerzo e ilusión. Su variedad y riqueza son imposibles de abarcar
y retener en un solo vistazo. Están preñados de figuras, estampas, pasos y
pellizcos que fluyen con naturalidad. Cada
movimiento transmite la autenticidad de quien se ha apropiado de la técnica al
completo - cara, brazos, manos, mirada, gesto -, para dar rienda suelta a su
expresividad, a su propia forma de sentir un baile. Su maestro estaba allí en
el atrás, orgulloso y apoyándola, como debe ser.
Enhorabuena a los dos. De seguir así, serás un número uno,
chiquilla.
Completaban el cuadro del Maestro José Galván, Antonio
Galván, Megumi Viola y Yumi Yamada al baile; José Galván y Cristina Soler al
cante; Pau Marzal y Kojiro Tokunaga a la guitarra.
Eulalia Pablo