Aparentemente lo que se puede conseguir a base de golpes de
punta, planta y tacón debe ser bastante limitado. Pero no es así. Al fin y al
cabo los pies pueden ser un instrumento más capaz de dialogar y componer
música. Y eso es lo que demostró fuera de toda duda Ángel Muñoz anoche en su
"Ángel, del blanco al negro" —un auténtico recital de baile— que
presentó en los Jueves Flamencos de Cajasol. Bailó el ruido y bailó la palabra.
Dialogó con el cante, con la guitarra, con la percusión, con la flauta, con el
saxo y con la armónica. Fue un auténtico tour
de force. Claro que no solo puso los pies en danza. Puso gesto, piernas,
brazos y manos en el envite. Y salió airoso.
Cortés dispuso la escena en forma de caja negra y allí se
reunió con sus músicos. Dos excelentes voces: Miguel Ortega y Antonio Campos.
Una magnífica guitarra: Javier Patino. Una buena percusión: Nacho López. Y un
metal versátil e inspirado: el saxo-flauta-armónica de Diego Villegas.
Foto: Remedios Malvarez. Cajasol |
Entre todos pusieron música e imágenes a corridos, pregones,
tonás, fandangos, taranto, jaleos, farruca —tal vez de excesiva duración— y
guajira. Y para terminar Cortés quiso bailar también el júbilo. Se vistió de
blanco y llenó el escenario de alborozo por cantiñas.
Foto: Remedios Malvarez. Cajasol |
No se podía pedir más.
José Luis Navarro
Lugar: Sala Turina (Sevilla).
Fecha: 16 de octubre de 2014.