Nos gustó Cristina Hall porque hace un baile personal. Un
baile que tiene muy poco que ver con esos zapateados inmisericordes que parecen
el santo y seña de la mayoría de las bailaoras que quieren dedicar sus vidas al
flamenco. Cristina usa de los pies cuando tiene que usarlos. Basa su baile en
la búsqueda de la belleza plástica. Hace un baile cuidado al detalle y sabe
recrearse cuando se gusta, cuando encuentra esa imagen que transmite lo que
ella quiere expresar.
Venía acompañada de Samantha Alcón en el baile, la guitarra
de Tino Van der Sman y el cante de María Marín. Cristina y Samantha abrieron el
recital con un apunte de fandangos de Huelva. Tino tocó un arreglo de Ojos
negros. Cristina bailó por tientos-tangos y Samantha por guajira. María hizo
una seguiriya y Cristina y Samantha cerraron por martinete.
José Luis Navarro