martes, 30 de septiembre de 2014

Luisa Palicio estrenó "Sevilla" en la Sala Cero

No existen suficientes piropos para describir lo que Luisa Palicio hizo anoche. ¡Qué forma de bailar flamenco! ¡Cómo se registra! ¡Como baja a los hondones del sentimiento! ¡Cómo transmite con su cuerpo todos los matices de lo que le inspira cada estilo! ¡Cómo se expresa adornándose con manos, brazos y figura! ¡Como derrocha imaginación y buen gusto! Su cuerpo y sus brazos componen continuas imágenes escultóricas. Sus manos hablan. Eso es bailar flamenco. Y eso es el baile de mujer. El baile que lleva el sello de Sevilla.

 
 
Sevilla es precisamente el título del espectáculo que estrenó en la Sala Cero. Y ¡cómo siente Sevilla esta malagueña! ¡Qué homenaje le rinde a la tierra donde se ha hecho bailaora! Con mimo, cuidando cada detalle. Elegante en el baile y elegante en el vestir. Mantilla y vestido negro para inventarse una saeta con su escobilla incluida.
 
Colores vivos, mantón rojo, alegre y pizpireta para bailar la copla ("Salvaora", "Carcelero, carcelero"). Sensual y coqueta por tangos del Titi de Triana.
 
 
Bata de cola azul turquesa para bailar sevillanas, echándole todo el arte del mundo y terminando a dos voces. Solemne y majestuosa por soleá. Como debe ser. Un monumento.
 
 
 
 
Atrás estuvo muy bien acompañada por el piano de un especialmente inspirado Alejandro Cruz Benavides, la guitarra de Miguel Pérez y las voces de Sebastián Cruz y Ana Gómez.
Yo lo que no me explico es cómo no se ha programado en la Bienal de SEVILLA un espectáculo de tanta altura artística dedicado a su sede, que, como dicen algunos cursis, es además un "estreno absoluto".
José Luis Navarro