domingo, 1 de diciembre de 2013

Juan Murube llenó la Sala Garufa hasta la bola

La "pasión" es una categoría del flamenco. Es lo que lo diferencia de otras músicas. Y es lo que le pone al cante Juan Murube. Por eso, suena tan flamenco. Le pone además toda su vida, todas sus vivencias, toda su personalidad. Por eso, suena a la vez tan joven y tan antiguo.

Miren cómo se duele, con qué pasión, con qué genio se entrega al rito de lo jondo.


Anoche nos regaló un pedazo de concierto. Le acompañaban Víctor Torres a la guitarra, Simone Mor con una chitarra battente, Javier Rabadán a la percusión y Mauro de Salvia a los vientos. Todos insuperables.


Principió con una ronda de soleares por bulerías muy rítmicas, en las que metió letras nuevas en moldes antiguos ―la primera de nuestro buen amigo José Cenizo―, hechas con poderío y expresividad. Siguió con unos tangos bien castizos. Se puso un sombrero e hizo unas guajiras llenas de ecos cubanos y muchos detalles personales. Cerró la primera parte con unas rumbas ―otra primicia de su disco― con letras de David Eloy y de José María Gómez Valero, en las que apreciamos las típicas subidas de los tangos extremeños.

Abrió la segunda parte con unos tientos que inició con unos ayes orientales e interpretó con el acompañamiento de una guitarra battente. Sin duda, será uno de los temas más atractivos de ese disco que está a punto de nacer. Siguió por alegrías. Las hizo clásicas, pero les puso notas íntimas. Hizo sus tangos, de nuevo con notas orientales, y remató con unas bulerías dedicadas a su Bellavista.

En conjunto, fue un concierto espléndido en el que Juan lució la riqueza de registros con la que construye su cante. Metió a medio Bellavista en la Garufa y la llenó hasta la bola y, al final, hasta se dio su pataíta.


José Luis Navarro

Lugar: Sala Garufa (Sevilla)                                                                            
Fecha: 30 de noviembre de 2013.