A la muerte de Camarón hubo quienes vaticinaron una debacle
para el cante flamenco. Afortunadamente, hoy podemos decir que no ha sido así.
La cantera de cantaores ha ido renovándose y surgen nuevos nombres que aseguran
el futuro.
Juan Murube es uno de ellos. Ahora mismo está grabando su
primer disco y se enfrenta a este reto con una enorme ilusión y dedicación.
Para apoyarle e intentar conocerle mejor como persona y como artista,
realizamos esta entrevista, que pensamos que no tiene desperdicio.
Eulalia Pablo. Empezamos con lo
de siempre, es decir, presentarte. Te llamas Juan Murube, ¿qué más?
Juan Murube. Mi nombre completo es Juan Antonio Hidalgo Murube.
EP. Y has nacido ...
JM. En Sevilla, en Bellavista.
EP. ¿Se te puede preguntar la edad?
JM. Sí, yo no tengo problema. Nací en el 78.
EP. ¿A qué has dedicado tu vida desde entonces? Y, más concretamente, ¿cómo y por qué surge el
flamenco en tu vida?
JM. Bueno, el flamenco surge
desde que de pequeño oyes unos
cantos determinados, unas formas determinadas, que son del flamenco. Oigo primeramente a mi padre, que es un buen aficionao, a otros, en los festivales, en las peñas.
EP. ¿Tu padre canta?
JM. Sí la verdad es
que sí. Hace cositas.
EP. ¿Y tu madre?
JM. Mi madre canta a
escondídas.
EP. Ah!, que canta pa ella.
Pero, ¿va a los recitales?
JM. Sí, nosotros
desde pequeños hemos ido a las peñas y a los festivales. No es que sea de ir
cada domingo, pero el flamenco ha estado siempre presente en casa, igual que
otras músicas. En mi casa se ha escuchado siempre buena música, que yo he tenido
a la mano.
EP. ¿Qué músicas?
JM. Música clásica o cantantes como Édith Piaf, Elton Jones…
o tantos otros, muchísimos, grandes artistas.
EP. Entonces, tú eres aficionado a la música en general o…
JM . Sí. En principio, yo estoy hablando de lo que escuché
en casa. Y, bueno, pues a mí se me empezó a despertar un poco el flamenco con
Camarón, Carmen Linares, Enrique Morente, y así sucesivamente y fui escuchando
el flamenco desde ahí. Primero, lo que
me gustaba eran las bulerías, los tangos, lo típico y ya después fui
adentrándome y escuchando. Mis inicios
como cantaor fueron con los amigos en la calle. Cantaba por gusto lo que yo
escuchaba, por alegrías, cuatro cosas por tangos con amigos que nos
dedicábamos a reunirnos en un sitio
determinado, en el Cortijo del Cuarto, allí en Bellavista. Y cantábamos y
bailábamos como sabíamos y como expresábamos. Éramos caballos desbocaos. Era
una cosa sin control. Ya después, gente que sabía que cantaba, me propusieron
cantar en el Ballet Andaluz de Pepe Moreno, que está allí en Bellavista. Ese
fue, digamos mi primer paso en el flamenco. Yo fui allí a la academia y empecé a
cantar para bailar.
EP. Sevillanas, fundamentalmente, ¿no?
JM. No, Pepe, además de sus sevillanas, tenía montado su
repertorio: El “Anda jaleo”, los tanguillos de Cádiz, alegrías, tangos, bulerías, sevillanas. Pero las demás
sevillanas iban todas grabadas; soleá también se hacía, una serie de cosas,
pero, principalmente, íbamos cantando
flamenco. Y ahí es donde fueron mis
primeros comienzos, con Juan Calle. He
aprendido mucho con él, pues es un gran aficionao,
un gran actor y cantaor. No está reconocido porque también se ha dedicado a la…,
tenía una carnicería, y siempre ha estado
vinculado a su trabajo, pero, sin dejar esto y ¡con un arte, una naturalidad y
un compás! Ese hombre me ha dado a mí unos consejos desde pequeño, desde mis inicios, aunque yo ya tendría unos
dieciocho o diecinueve años cuando empecé en el ballet andaluz. Y realmente ha
sido un referente. A raíz de ahí ya empecé yo a ir a los concursos.
EP. Como un primer
maestro, vaya.
JM Sí, como una
persona a la que tú tienes cerca y con posibilidad de poder absorber cosas y
que te dice: “Juan por aquí”, “Juan por allí”. En fin, que te da consejos
sabios, como un padre. Bueno, mi padre también ha sido mi mayor consejero.
Siempre me ha dicho: “Escucha esto, escucha aquello”. Ha tenido siempre
información, libros y discos, para que yo pudiera tirar de ellos, para poderme
documentar. Eso siempre lo he tenido en casa. Luego, ya he ido investigando por
mi cuenta, pues mi padre tiene sus gustos y yo tengo los míos. Coincidimos en
muchas cosas, y hay otras que, como todo en la vida, hay diferentes gustos.
EP. Tú has dicho antes que, al principio, te arrastraron al
flamenco Camarón, Carmen Linares y Enrique Morente. ¿Cuál de los tres crees tú
que te influye más en tu cante de ahora?
JM. Más Morente
EP. Sí, por lo poco que te he escuchado. Realmente, está su
sello en la gente a la que le gusta
Morente. ¿Por qué Morente?
JM. Por su forma, porque me transmite algo más que un simple
cantaor. Creo que hace música con su garganta. Creo que ha hecho un estudio de
los cantes a fondo. Se estudió a Antonio Chacón, que, todos lo
sabemos, era el cante a la perfección. Pues esos cantes, que estaban muy
ligeros, porque en las grabaciones, había unas revoluciones, Morente se encargó
de ralentizarlos y de ponérnoslos al alcance de nuestra mano. Esos dibujos que
casi nadie apreciaba. Eso me impactó de momento. Ese estudio tan largo de la
malagueña y de seguiriyas. Y después por
su innovación con otros cantes, como la Estrella, como, incluso el Omega, como
cualquier otra cosa que hace, que se ha
salido de la norma y que ha sabido quejarse de otra manera, doliendo igual (*).
EP. Si, exactamente, a ti lo que te ha atraído sobre todo,
como a muchos de nosotros, es ese
Morente creador, pues él no ha sido un
intérprete únicamente. ¿Hasta qué punto tú le sigues y lo haces? A mí me ha
parecido, que lo haces. Según estás cantando, haces cosas tuyas, que se te
ocurren.
JM. Sí yo no determino un cante, no cierro un cante por
completo. Yo cierro un cante cuando estoy en una compañía y hay que cerrarlo,
cuando voy con una bailaora y hay que cerrarlo. No siempre, siempre no es eso.
Hay muchas bailaoras que traen esa
libertad. Dejo el cante abierto y ahora me dejo llevar y claro lógicamente, me
acuerdo de cantaores, me acuerdo de formas de poder hacer y creo que me viene cómodo
ese tipo de giro, aunque no vaya buscando ese cante en concreto, pero voy
haciendo lo que se me ocurre.
EP. Incluso con las letras. Tú tienes una cierta tendencia a
hacer tus propias letras o a hacer letras nuevas, no solo a repetir las
antiguas.
JM. No, no, yo tengo letras mías escritas y escribo cosas,
pero también me gusta cantar cosas de otros y cosas que no se han cantado. Ahora
estoy cantando letras de amigos como José Cenizo, Carmen Camacho, José María
Gómez Valero, David Eloy, son poetas que están ahí escribiendo cosas de
flamenco y yo estoy cantando eso, cosas mías y analizo también la letra popular
que voy a cantar, no quiero cantar
cualquier cosa. Sí, le presto mucha atención a lo que voy a decir. Incluso en
el sitio donde estoy cantando.
EP. ¿Qué le pides a una letra para que tú decidas cantarla?,
¿qué es lo que tú buscas en ellas?
JM. Pues lo que busco es que se identifiquen con el estado
en que yo estoy y que vaya con el contexto, intento que sea una letra de
respeto, que no ofenda a nadie. Sobre todo, busco que sea apropiada. No canto
cualquier cosa. Hay veces que he dicho: “Voy a cantar esto y esto” y he llegado
a un sitio y he dicho: “No, tengo que cantar esto otro”. Según el momento, me da la inspiración.
EP. ¿La temática importa?
JM. Según el estilo que esté cantando. Y de nuevo, según el
momento. Ahora, por ejemplo, estoy en un
punto en el que soy un enamoradizo de la vida. Hay veces que le canta uno a las
flores porque sí, o le canta a la mujer porque sí, o le cantas a tu madre
porque estás en un momento que necesitas eso. No voy buscando tampoco algo en
concreto, pero me dejo llevar sobre la marcha. Pero, sí es verdad que
normalmente intento cantar si es por tangos o por bulerías, pues letras más
alegres. Si es por soleá, por letras más... , aunque dentro de la bulería hay
letras que son bastante crueles y no son letras alegres. Entonces si son por bulerías y yo canto “Que remedio
no tengas, que te corte un cirujano la campanilla y la lengua”. Yo esa letra no
la cantaría en mi vida. Creo que la canté una vez y dije: “¿Para qué has cantado esa letra?, pero me
salió y luego me dije no vuelvo a cantar esa letra mientras viva porque no me
siento identificado con esa letra, y es más, me da coraje. Es verdad que
algunas veces alguien lo ha cantado porque
lo ha necesitado o porque se lo ha deseado a alguien, lo veo bien, pero
ese no es mi caso. Yo cantaría cosas más alegres por bulerías.
EP. Es que esa letra no es de bulerías.
JM. Es de soleá, pero
se canta en bulerías también.
EP. Efectivamente es
importante que las letras se acoplen al estilo. Tú piensas entonces que hay que
innovar. ¿Qué porcentaje de innovación piensas que debe haber, en cuanto a
música y en cuanto a letras? ¿Qué importancia le das tú a hacer cosas nuevas?
JM. Yo le doy toda la
importancia. Creo que es necesario. Las
cosas viejas están. Yo no puedo cantar como Mairena, porque como Mairena
cantaba él. Y ahí está toda su discografía para beber de eso. Y Caracol cantaba
como él. Entonces, cuando se va a hacer un estilo de cante, uno va buscando, más
o menos, sobre ese estilo de cante, pero cada artista pienso que tiene que
dejarse llevar, ponerle un poquito de lo que él sea y lo que quiera decir y
utilizar las facultades que tenga, más o menos, para adaptar la forma que sea a
eso y, en definitiva, será todo más amplio, tendrá más posibilidades. Creo que
la innovación es importante, casi un 100 por cien.
Eulalia Pablo
La entrevista continuará con el apartado dedicado a su Vida Artística. Seguro que les sorprenderá.
(*) Hemos reseñado en negrilla una acertadísima frase suya sobre el cante de Enrique Morente, que puede convertirse en una cita "de libro".