jueves, 28 de noviembre de 2013

Juan Murube, su vida artística




Aquí tenéis una tarjeta de visita de Juan que habla por sí sola: un artista polifacético con la mente abierta a todo lo que sea música y arte.

EP. ¿Cómo ha sido tu vida artística?

JM. Un poco antes de empezar en la Academia de Pepe Moreno, ya empecé a cantar con grupos de Rock, Rock Andaluz, haciendo versiones de otros grupos de rock, como Triana, Alameda, Pata Negra.

EP. ¿Cómo ves tú esa relación entre rock y flamenco?

JM. Yo pienso que si el tema y el contexto de algún tema en concreto es bueno, si la música es buena, es bueno. A mí me gustaba, porque había sonidos que me gustaban y ritmos que me gustaban. Después, te vas adentrando y va uno buscando su propia línea, pero yo lo veo que está bien.

EP. Eso tuvo su época y se vino después un poquito abajo, ¿no?

JM. Bueno, yo creo que todavía está de moda, aunque no se lleve a cabo.  La verdad es que se hicieron bastantes cosas, llevar lo acústico a lo eléctrico y sonar flamenco, y sonar como una guitarra, a mí eso también me va.  Eso fue uno de mis principios, después  los concursos, empiezo a formar grupo, cuadros flamencos, y ya empiezo a viajar fuera. La primera vez que yo salí fui a Liverpool…

EP. ¿Y eso, cómo conseguiste hacerlo?

JM. Yo tenía un grupo de rock y de funk y trabajaba con mucha gente haciendo estas cosas. Y eso surgió gracias a Dani Cortés, un buen amigo mío y un gran guitarrista de Dos Hermanas con el que yo había trabajado en Triana y en otros sitios. Él se había ido a Liverpool a la escuela de Paul McCartney a dar clases de flamenco.

EP. ¿De qué año estamos hablando?

JM. Eso fue en 2001. Entonces, me propone Dani, porque yo había hecho cosas con él de flamenco y de rock, porque él toca la guitarra flamenca y la guitarra eléctrica. Ahora va con Antonio Smash, va con ellos tocando, y ha grabado cosas con mucha gente. Es un gran músico. Entonces, me propone ir a Liverpool a hacer un espectáculo con dos percusionistas hindúes, con un bajista alemán de jazz y él tocando la guitarra y yo cantando. Era un poco un tributo acompañando a Juan, ese grupo, acompañando a ese nombre. Y se llamaba así: "El Nombre". Ese fue mi primer trabajo en el extranjero y lo que hicimos fue como una mezcla, hicimos “El fuego fatuo", tientos-tangos, canciones tradicionales arregladas con el bajo y ahí empecé a  conocer a muchos músicos de otros estilos musicales que no eran del flamenco, después ya vine y comencé a viajar a otros países. Fui a Dinamarca en el 2003 o 2004, Después ya hice una gira en  Rusia en 2005.

EP. ¿Con los mismos grupos?

JM. No, no, con diferentes personas. Eso fue mi primera parte. Ya después yo seguí trabajando con el Nombre y he grabado temas, incluso tengo temas míos y temas de Dani que son del Nombre, y eso lo he continuado. Eso fue como mi primera raíz y después seguí con el flamenco, vine aquí, empecé a hacer recitales y a trabajar en los tablaos.

EP. ¿Has ido también a concursos, ¿no?

JM. Si, empecé a ir a concursos, pero me “jarté” de los concursos y dejé de ir. A mí  me cansaron, me quitaron la ilusión los concursos. Sé que es positivo. También me ilusionaron en su día, pero llegó el día en que yo ya no estaba ilusionado, incluso no quería ir a ningún concurso y dije: voy a hacer mi carrera y no me hace falta el concurso.

EP. ¿Qué tienen de malo los concursos?

JM. Lo que tienen de malo. Lo peor que te puede pasar en un concurso es que la persona que te esté juzgando tenga menor nivel que tú de conocimiento. Eso creo que es.  Después los hay que tienen mayor nivel de conocimiento y entonces ahí yo ya estoy seguro de lo que hago, pero cuando tu encuentras a una persona que te dice, no sé, una barbaridad sobre algo que tú has hecho, cuando no es lo que tú has hecho, cuando tú eso lo sabes a ciencia cierta y te lo dice una persona que te va a juzgar encima, o que ya te ha juzgado, eso ya de momento, de entrada, te hace mucho daño. Después, que no valoren la creatividad en los concursos, me parece una barbaridad. No hay que cantar “por alguien”, hay que cantar, lo que hay es que expresar y tratar de decir lo mejor que tú sepas. También hay concursos y gente que ha ganado concursos que  lo merecía. No digo que no sea justo ni injusto ni nada, pero no los veo, creo que deberían de ser de otra manera. Tendrían que ser artistas cualificados los que lo hacen o profesionales de esto, con una documentación y con una historia, pero no cualquiera que esté en una peña puede juzgar, porque cualquiera que esté en una peña es igual de aficionado  que yo. Total que yo me aburrí y seguí estudiando por mi cuenta.

EP. Y para esos recitales que has hecho, según te van surgiendo, ¿cómo te llaman?

JM.  Bueno, la gente te va conociendo porque, a partir de 2005 ya empecé a trabajar en los tablaos de Madrid y de Sevilla.

EP. ¿En qué tablaos has trabajado?

JM. Bueno, pues he trabajado en Las Tablas, Casa Patas y después aquí en Sevilla he estado trabajando en El Arenal, en El Palacio Andaluz, en el Museo de baile, en el Álvarez Quintero y en los Gallos, sobre todo. Donde más he trabajado es en Los Gallos.

EP. ¿Qué aportan los tablaos a un artista?

JM. Los tablaos aportan todo: la estabilidad, el ritmo… Ya no solamente para el baile, sino para el cante solo, también, el tener reflejos, o sea, poder tener un acto reflejo, poder tener las letras en la cabeza y automáticamente, en medio segundo, tienes que lanzar una letra si la bailaora te mira. Eso tiene que ser en medio segundo. En el tablao tú te acostumbras a cantar con muy diferentes guitarristas, a cantarle a muchas bailaoras, a cantar todos los días, que es lo más importante del tablao, pues es una forma física. Cuando tú estás cantando todos los días, la voz se estira, la voz queda fraguada. Si te acostumbras a cantar todos los días la voz se despierta. Es como si te dijera: “estoy ya despierta”. Eso sí lo tiene el tablao. Es como el entrenamiento.

EP. Es como una escuela.

JM. Como la escuela. También se aprende mucho con los compañeros, ¿eh? y  la gente se va enterando y te van llamando. Sales al extranjero, viajas con un grupo, alguien te ve y te puede llamar. Si hay gente trabajando allí, vuelves a ir. Vas a Canadá, te escucha la gente, hay otro festival, te vuelven a llamar. Yo he trabajado por el boca a boca y se puede decir que no he trabajado apenas por representante. He trabajado más por compañeros que por organizadores. Pero es verdad que he tenido suerte y no me ha faltado el trabajo hasta el día de hoy. Hago muchas cosas, también trabajo en teatro. He estado haciendo cosas de teatro infantil…

EP. ¿De teatro o cantando?


JM. Sí, he ido cantando, he ido como narrador, con algún papelillo de actor y como titiritero, también. Aparte de flamenco, he cantado con un grupo de música latina, he cantado boleros, son, cha-cha-chá, con algunos grupos de jazz... He cantado con orquesta andalusí, con orquestas orientales, con músicos judíos, cosas de iglesia, con órgano de iglesia. Tengo dos o tres espectáculos de poesía. Uno es con José Mª Gómez Valero y David Eloy y el otro con Carmen Camacho, Jesús Vigorra y un organista, otro con Carmen Camacho y una bailarina. Colaboro en algunos espectáculos como el Guernica de Daniel Casares y otros. Estoy con algunas compañías de baile y ahora estoy grabando un disco. En fin, trabajo con mucha gente.

EP. ¿Cuándo sale ese disco?

JM. El disco, para finales de año ya está terminado. O sea que vamos a empezar el año 2014 con un disco.


Para que puedan digerir esta densa entrevista y no cansarles demasiado dejaremos para mañana lo que nos parece la guinda: sus lúcidas opiniones sobre un tema tan espinoso como articular flamenco e innovación. No se la pierdan.

Eulalia Pablo