Desde luego, Meligrana
―Granada en caló―hace justicia a su contenido: cuatro granadinos, un Cortés y
tres Heredias, los cuatro calés, y por ende los cuatro con raíces sacromontanas. Pero, por lo demás,
no pasó de ser un simple recital que lo mismo podría tener el aroma de la
Coruña que el de Santa Fe. Era el clásico recital en el que sale un cantaor,
dice sus tres cantes, se marcha, sale otro, hace lo mismo y, al final, sale una
bailaora y hace sus dos bailes. No sé por qué, pero yo esperaba otra cosa,
algún tipo de puesta en escena que, de alguna manera, evocase el mundo de las
zambras. Nada de nada. En esta ocasión, por no haber, no hubo ni programa de
mano.
Luego, el recital no dio mucho de sí. Miguel Ángel Cortés
abrió con un toque por alegrías. Pedro Heredia «El Granaíno», sin duda lo mejor
de la noche, empezó por tonás, sentidas, emotivas, bien dichas. Siguió por
granaínas, con conocimiento y personalidad, con un magnífico acompañamiento de
Cortés, y remató por fandangos, con fuerza y con matices.
Jaime Heredia «El Parrón» se templó por las soleares que le
han dado nombre, bajó al pozo de la seguiriya, atándose bien los machos, y
cerró por malagueñas.
Jara Heredia puso el baile. Primero hizo soleá y luego, como
buena sacromontana, se vino arriba por tangos.
Jara Heredia por soleá |
José Luis Navarro
Lugar: Sala Turina (Sevilla)
Fecha: 21 de febrero de 2013.