martes, 25 de septiembre de 2012

Zona cero


No es preciso inventarse una historia que luego nadie entiende, ni adentrarse en disquisiciones filosóficas para explicarla. Basta con echar la vista atrás, saber bailar, contar con un puñado de buenos profesionales y diseñar un recorrido por el baile flamenco, sus inmersiones y mestizajes con otras músicas. Ese parece ser el camino abierto en esta Bienal, con algunas de las propuestas que se han ido presentado: muDanzas Boleras, Rew y Zona cero, que presentó anoche en el teatro Alameda Sara Calero.

Versatilidad, originalidad, conocimiento y gusto son los ingredientes de este espectáculo, montado únicamente con cinco excelentes profesionales, un escenario en negro, unos puntos de luz mágicos y algunos elementos que proporcionan las claves de este viaje desde el punto cero del que parten —un círculo rojo y el tictac del reloj—  para pasearse por nuestro arte.

Abre el espectáculo un singular trío que marca el compás de unas panaderas sobre una mesa redonda y nos  remonta  al folclore popular. Le siguen unos fandangos del Cojo de Málaga, verdiales, fandango de Pérez de Guzmán, la almibarada milonga en la voz de Gema Caballero, los pícaros tanguillos, y sus referencias a las varietés de principios del siglo XX, donde conviven tutus, cuplés, género andaluz y flamenco. Los platos fuertes, a nuestro entender, fueron una espléndida y sugerente guajira, profusamente adornada con la originalísima bata de cola que lució Sara Calero en la que dejó constancia de su maestría en el uso de las castañuelas y la recuperación de la casi olvidada serrana, acompañada únicamente por el chelo, en la que Sara hace un guiño a aquel sensacional número de Aida Gómez, Cortina rasgada.

Fue un recorrido ágil y tremendamente creativo, con momentos de enorme plasticidad.  Esta imaginativa y versátil bailarina demuestra una sólida formación  en la que han ido quedando consistentes posos e influencias de sus diferentes etapas.

Igualmente encomiable es el resto del elenco: Gema Caballero (cante), Fernando de la Rúa (guitarra), Bruno Duque (saxo y flauta), Sergio Menem (chelo), Pedro Esparza y Raúl Márquez. Resaltamos también el diseño de iluminación de Tito Osuna, la escenografía de Fernando Calero y el vestuario de Carmen Granell.

Eulalia Pablo