jueves, 20 de septiembre de 2012

No pronunciarás el nombre de Federico en vano


Hay cosas que no deberían ser. Lo dice el segundo mandamiento: No pronunciarás su nombre en vano. No debería estar permitido que se utilice el nombre de Federico García Lorca y el subtítulo de una de sus obras para vender una "adaptación" escrita por otra persona. Es una falta de respeto por nuestros clásicos y una apropiación indebida, por mucho que exista alguna relación entre ellas —en este caso mínima—: un viejo taciturno e indeciso y una jovenzuela alocada. La podrían haber titulado El viejo y la niña y no habrían intentado engañar a nadie. Es más, siempre existe el recurso de decir "inspirada en". En fin, que estas cosas no se deberían permitir.


Foto: A Acedo. Cortesía de la Bienal

Con respecto a lo que realmente vimos en el escenario del Teatro Central, José Valencia con la espléndida guitarra de Dani de Morón hay que tener osadía para llamarle "personaje simbólico" estuvieron realmente muy bien. Valencia se lució con una voz limpia y poderosa, vocalizando a la perfección los textos que tuvo que decir. Cumplió además con el papel que le destinaron, que por otro lado, era teatralmente bastante fácil.

Por su parte, Rosario Toledo bailó un poco. A mí que me gusta como lo hace, siempre me parece poco. Hizo gala de unos pies limpios y precisos y compuso algunas figuras con su estilo característico que compensaron algo todas las "teatralidades" que quiso hacer. Yo lo que realmente temo es que con estas cosas termine olvidándose de bailar por derecho. Sería una lástima.

Y ¿qué decir de la directora de esta simpleza? Que no, Juana Casado, que estas cosas no se hacen.