Estrella Morente ha llenado hasta la bandera dos días el Teatro de la Maestranza de Sevilla. Algo que está al alcance de muy pocos cantaores de flamenco. Y es que Estrella, además de tener una voz “espectacular” —así la define mi hija Reyes—, sabe sacarle el máximo partido. La luce y se luce. Canta, se da su pataíta y compone sus figuras —desde mi punto de vista, unas poses desangeladas que poco o nada benefician su cante—. Lo cierto es que con todo ello se ha convertido en muy pocos años no ya en uno de los primeros nombres en el panorama actual del cante, sino en una verdadera diva del flamenco. Así lo ponían de manifiesto las continuas ovaciones que premiaban cada número. Ya se sabe que en Sevilla se aplaude todo, pero en los que le dedicaban sus devotos a Estrella, entre gritos de “¡guapa!”, había una fuerza y un entusiasmo no tan corrientes. Y Estrella les correspondió con generosidad. Estuvo casi dos horas al pie del cañón y, vestida de negro riguroso, les ofreció un concierto variado y completo.
Empezó con una ronda de tonás sobre un fondo de sonidos metálicos y luego se sumió en el más puro flamenco a base de caña, tangos, seguiriya, granaína, fandangos verdiales…, en el que hizo gala de la belleza de su voz —la enjundia y la jondura de cada palo quedó un poco atrás—.
Tras un solo de guitarra de Montoyita, volvió para darnos su versión de la copla y, para mí, fue donde puso en su voz mayores matices y más sentidos párrafos. Se despidió acordándose por bulerías de Martín Revuelo —fallecido el sábado— con ese “Sevilla es de chocolate” que hizo famosa su mujer, Juana la del Revuelo. Después cerró haciéndole su particular homenaje a Carmen Amaya en la famosa escena de Los Tarantos de Rovira Beleta, en la que la catalana da toda una lección de compás con los pies y con los nudillos sobre el tablero de una mesa. Estrella la reinterpretó —mesa incluida— haciendo sus bulerías. Finalmente, ante la sorpresa de casi todos, bajó del escenario al pasillo del patio de butacas y, desde allí, rodeada de su público, volvió a lucir a capella la fuerza y excelencia de su voz por fandangos.
Le acompañaron José Carbonell "Montoyita" y José Carbonell "Monty" a la guitarra, Pedro Gabarra "Popo", a la percusión y las voces y palmas de Antonio Carbonell, Ángel Gabarre y José Enrique Morente.
Fecha: 22 de enero de 2012
Lugar: Teatro de la Maestranza
Sevilla
José Luis Navarro