El pasado 25 de noviembre José Luis Navarro y José Gelardo presentaron su libro Carmencita Dauset en la Universidad de Murcia.
Estefanía Brao, bailaora granadina y profesora del Conservatorio de Danza de Murcia, revivió el baile de Carmencita interpretando el vito, uno de los estilos que formaron el repertorio de la almeriense. Lo hizo con exquisitez, conocimiento y maestría.
Después bailó el taranto, la seguiriya y las alegrías. Todo un recital académico de baile flamenco en el que derrochó galanura y saberes. Hizo los bailes como mandan los cánones, a la usanza clásica, sintiendo las letras que le cantaban, trasmitiendo emoción y creando belleza. No escamoteó ninguno de los momentos que componen su partitura coreográfica —algo que desafortunadamente pocos respetan hoy—. Supo darle a cada estilo el carácter y la expresividad que le son propias y todo lo hizo con precisión y elegancia.
Tuvo además un atrás de lujo. La voz de Curro Piñana, ese auténtico maestro de los cantes mineros, la excelente guitarra de Francisco Tornero, el oboe de Mª Isabel Marín Gómez y el cello de Rocío Pinar Lorente.
El público los despidió puesto en pie con una cerrada ovación. Lo que no entendemos es cómo en una ciudad en la que muy`pocas veces al año se puede disfrutar de un recital de esta categoría, los críticos de flamenco de la prensa, si es que los hay, ignoraron este acontecimiento.