Lo
bueno de un tablao flamenco es que no hay más argumento que el
baile, el cante y el toque. ¿Para qué más? Y, desde luego, Paula y
Ángel pusieron muy alto el listón del baile flamenco anoche en
Orillas de Triana. Bailaron de escándalo.
Paula por alegrías,
derrochando simpatía, con esa finura y esa elegancia natural que
singularizan su forma de bailar. Volvió a lucir bata de cola y
volvió a cautivarnos a todos. Ángel hizo bulería por soleá y
combinó a las mil maravillas dominio técnico, garra y riqueza de
recursos —¡hasta
se dio el lujo de pegar un rodillazo a lo Antonio Ruiz
Soler y meter una pirueta de
precisión suiza!—.
Los
dos cerraron el recital marcándose unas sevillanas y dando unas
pataítas por bulerías. Creo que estamos
ante dos auténticas figuras del baile de mañana.
Atrás
Juan de Mairena y Gori Mazo les pusieron cante y toque para que
pudieran lucirse.
José Luis Navarro