Yinka
bailó por soleá y consiguió fundir lo nuevo y la tradición. Del
baile de hoy lució muy buenos pies, limpios, precisos, claros y con
originales adornos. Del baile de ayer —y
de siempre— puso elegancia,
hondura, compostura y bellas imágenes plásticas. Vean un par de estampas:
Con
ella venía, recién llegada de ultramar, Jazmín Centeno, una
bonaerense que viene a engrosar esa pequeña nómina de artistas que
prometen. Yinka y ella dieron unos singulares pasos por fandangos y
luego Jazmín bailó un taranto y demostró todo lo que está
aprendiendo cada día.
Las
dos estuvieron magníficamente acompañadas por la guitarra de
Guillermo Guillén y la voz de Rocío la Boterita. Guillermo tocó
unas bulerías para abrir boca y Rocío nos regaló unas magníficas
malagueñas.
Otro
buen concierto en Flamenquería.
José Luis Navarro