La montó Malena
Alba por alegrías. No se puede bailar mejor. Tiene una sonrisa que
contagia felicidad y unas manos preciosas. Baila con cada poro de su
cuerpo y, haga lo que haga, se ponga cómo se ponga, todo le sale
bien, todo queda que parece una escultura griega. Verla bailar es un
auténtico festín para los ojos.
Anoche fue además
un momento muy especial: estrenaba bata de cola y mantón. Pues bien,
parecía como si hubiese nacido con ella puesta.
Así empezó. Miren
qué majestad:
y así terminó:
En medio, como decía aquel flamenco cabal: "el acabóse". Miren qué
estampas:
Con ella estuvo también Ángela Carbajo, que hizo unos tangos muy personales:
Y atrás, Edu
Hidalgo, como siempre poniéndonos los vellos de punta. Aquí le tienen ensimismándose por soleares trianeras.
Acompañándole,
Samuel Gutiérrez, otra guitarra que promete mucho.
Y a todo esto el
Garufa repleto de gente. No cabía un alfiler.
José Luis Navarro