Anoche volvimos a la Caja Negra, un local que continúa ofreciendo
su pequeño tablao a jóvenes que quieren ser alguien en el mundo del flamenco.
Había bastantes guiris. Parecen que tiene un olfato especial para encontrar lo
mejor de lo que los ingleses llaman "Flamenco fringe". Bailaba Eliza
la Morá con el cante de Paz de Manuel, la guitarra de Alberto López y las
palmas de Diaa Eddin.
Eliza no es, ni mucho menos, una bailaora corriente. Es
valiente, tiene imaginación y arte. Hizo dos estilos muy poco usuales. Dos
bailes de los que no se suelen enseñar en las academias: la petenera y una
zambra rematada por tangos. Y les puso imaginación, originalidad y buen gusto.
Llenó el escenario de imágenes rebosantes de plasticidad y belleza. La petenera,
además, la completó con una escobilla acoplada a su música, hecha con limpieza
y precisión.
Desde luego, nos alegra ver como estas jóvenes no paran de
mejorar y enriquecer sus bailes. ¡Enhorabuena y sigue así, Eliza!
José Luis Navarro