Anoche, en estos tiempos de enfrentamientos, luchas
fratricidas e hipocresías institucionalizadas, Diaa Eddin (sirio), Aniela Mikucka
(polaca), Lea Buch (danesa) y Vahan (armenio) le hicieron un monumento a la comprensión
y la tolerancia universales. Y es que el flamenco y el amor a la música
hermanan a los pueblos. Porque, además, la música y el sentimiento no son
patrimonio exclusivo de ningún país.
Puso la primera piedra Vahan con una granaína.
Lea y Aniela
nos sorprendieron con una preciosa introducción a la caña y Diaa demostró que,
además de poseer una sólida formación
como bailarín, es un buen bailaor con hechuras y conocimiento del baile
flamenco: buenos pies, bellas estampas, garra, y un baile perfectamente
estructurado.
En la segunda parte, tras el debut de Aniela como cantaora
con una vidalita-milonga con letras de su propia creación, Diaa se metió por
tientos-tangos, el palo mestizo por antonomasia, para fundir en él músicas y lenguas,
gentes y culturas. Lo hizo con detalles, pellizcos y destellos sorprendentes que
subieron el termómetro de la emoción y arrancaron más de un ole de la
concurrencia.
Al final, con un público totalmente entregado, dieron las
consabidas pataítas por fiesta. Se les sumó para poner también su granito de
arena a esta celebración de la convivencia esa estupenda cantaora y mejor persona
que se llama Rocío López la Boterita.
José Luis Navarro
Lugar: La
Caja Negra.
Fecha: 19 de
mayo de 2014.