El Diccionario de la Real Academia Española da varias
acepciones a la palabra "erótico". La primera es "Perteneciente
o relativo al amor sensual". Algo de esto hubo en el concierto que Sara
Arguijo tituló Confesiones de una coplera
erótica. La segunda, más acorde con lo que la mayoría relaciona con esa
palabra dice "Que excita el apetito sexual". Nada de esto apreciamos
anoche. Y no es que Sara no se metiera en terrenos propicios para excitar al
respetable. Que sí lo hizo con esa dichosa pulga que a principios del siglo
pasado se buscaba afanosamente en sus ropas y sus carnes entre los alaridos del
público la Bella Chelito, aquella diosa del sicalipsis y del llamado
"género ínfimo". Sara estuvo muy discreta en la búsqueda. Apenas
alguna insinuación de nada. La tercera
acepción la refiere la RAE a la poesía y dice escuetamente "Relativa al
amor". Y esto es exactamente lo que
fueron el concierto y las coplas de Sara.
Las Confesiones de
Sara hablaban del amor, de las mil y una peripecias de la relación amorosa. Lo
hizo con letras que hicieron famosas, entre otros, La Coquito, Lola Flores, Juan
Manuel Serrat, María Jiménez, Manzanita y Chavela Vargas. Sara hizo un extenso
recorrido por la canción española a base de baladas, boleros, cuplés, tangos y
rancheras. Y lo hizo con elegancia, buen gusto, muy buena voz y, sobre todo,
con honestidad, sin alterar en ningún momento el timbre de su voz para imitar a
nadie.
Le acompañó a la guitarra Guillermo Guillem, un flamenco
ortodoxo ―así lo definió Sara― que no solo no le hace ascos a la copla, sino
que la interpreta estupendamente. A las palmas se sumaron Nuria y las dos Vanesas, la rubia y la morena. Los cinco hicieron las delicias de todos los
que nos congregamos en La Caja Negra.
Antes estuvimos en la inauguración de la exposición de
fotografías de Nico Salas que rendían tributo a "Los supervivientes en el
siglo XXI del Rock Sevillano". ¡Enhorabuena, Nico! La pueden visitar en El
Corral de Esquivel (Alameda de Hércules, 30).
José Luis Navarro
Fotos: Berni
Fotos: Berni