La trayectoria de Ángel Rojas (Madrid, 1974) por estas
latitudes es bastante insólita: un asiduo en el Festival de Jerez con el Nuevo
Ballet Español y casi un desconocido en Sevilla. Un desequilibrio que el
madrileño ha querido romper aprovechando esta Muestra para estrenar aquí su
cuarto trabajo en solitario, "Camino".
Para esta nueva aventura, Rojas ha despojado su baile de
todo elemento superfluo y ha echado a andar con la esencia del flamenco:
compás, cante y toque. Un camino desde las raíces para el que se ha buscado
como compañera a una bailaora rancia, clásica, Carmen Cortés. Les acompañan
Rocío Bazán al cante, Paco Cruz al toque y la percusión de Karo Sampela.
El concierto va cobrando firmeza y prestancia a medida que pasan
los minutos. Comienza titubeante con una mariana bastante descompasada en la voz de Rocío
Bazán y en la guitarra de Paco Cruz. Sigue con unos jaleos en los pies de Rojas.
Rocío se va entonando por levante (murciana, levantica y taranto de Fosforito) y Carmen y Rojas alcanzan la plenitud dando todo un recital de palilllos por
fandangos. Luego, Rojas hace una muy personal farruca ―tal vez de excesiva
duración― y Carmen le hace un monumento sublime a la soleá. Hace gala
de todo tipo de recursos expresivos: belleza escultural en las figuras,
exquisitez en las escobillas, dominio de los dos pies, profundidad en el gesto,
sobriedad en los movimientos. Una joya. Para rematar los dos hacen unos airosos tangos.
Bienvenido a Sevilla.
Bienvenido a Sevilla.
José Luis Navarro