Si echamos en una coctelera un vaso de baile flamenco y lo
mezclamos con unas gotas de esencia de escuela bolera, lo más probable es que
tengamos una bebida exquisita. Pero si empezamos a mezclar indiscriminadamente
flamenco, danza contemporánea y pasos de sardana, sabe Dios lo que puede salir.
Y esto es lo que le pasó anoche a Carina la Debla. Es una
lástima, porque tiene un cuerpo flexible que le permite cualquier tipo de
movimientos y buenos pies. Lo que le
falta es un poco de sentido común y lo que le sobra es bastante de suficiencia.
Empezó con un original braceo contemporáneo por seguiriyas
que prometía. Se acercó después al flamenco con cierta gracia y musicalidad en
el zapateado. Pero se perdió totalmente en la farruca. Fue un absoluto
disparate. Daba la impresión de que después de unos lances toreros anodinos y
unos movimientos cansinos, no sabía por dónde meterle mano. Estaba, dicho en
castizo, como un pulpo en un garaje. Tampoco le faltaron dislates en su último
número. ¿Es posible que nadie le haya dicho que un taranto es una cosa muy seria
para interpretarlo poniendo cara de alegrías?, ¿No sabe que en el flamenco cada
palo tiene su propia idiosincrasia? Menos mal que en la mariana tuvo algunos
momentos ―pocos― inspirados.
Con ella se subieron a las tablas EduardoTrassierra que
completó el espectáculo con toques llenos de imaginación y sutileza. Quisco de
Alcalá al cante dio sobradas muestras de conocer su oficio y lo mismo puede
decirse de Andrej Vujicic al cajón.
El concierto formaba parte de la programación del ciclo
"Cita con las músicas" de la Fundación Cajasol.
José Luis Navarro
Lugar: Sala Turina
Fecha: 25 de abril de 2013.