Teclas
blancas y negras para el cierre
La apertura y el cierre son probablemente los dos momentos
más recordados de cada Bienal. Seguro que Zoido les habrá dado más de una
vuelta antes de tomar una decisión. Para la apertura optó por la Real
Maestranza y el arte de Curro Cúchares. Protagonista: Israel Galván y su
“Arena”. Para el cierre, los mismos quebraderos de cabeza: ¿Cante? ¿Baile?
¿Toque? Pues no. Piano. Una apuesta arriesgada, especialmente si tenía que representarse
bajo el cielo abierto, en el mismísimo puerto. La opción: Dorantes y su “La
roda del viento”.
David Dorantes quedará expuesto en pleno ojo del huracán de
la crítica. Pero Dorantes es un artista valiente y ha aceptado el reto. No
dudamos de su responsabilidad y de su solvencia. Será, si triunfa, la
consagración definitiva del piano flamenco como embajador plenipotenciario de
jondura.
Nosotros deseamos que así sea. Ánimo, David.
José Luis Navarro