martes, 15 de diciembre de 2015

Todos a escena



Se anunciaba “Farruquito y familia” y allí estaban todos, unos en imagen, otros en persona. Por no faltar ninguno, al final conocimos a la próxima generación, esos niños que nacen artistas y que, en vez de chupetes, les ponen en las cunas zapatitos de baile.



El espectáculo se inicia a lo Carlos Saura, con imágenes de los artistas en los camerinos y entre bambalinas. Unas imágenes que sirven también de homenaje a los que ya no están. Después, baile y más baile. Ese baile que lleva el sello indeleble del estilo que instauró El Farruco para el baile de hombre, pasos reconcentrados y chispazos eléctricos. Serenidad y calambrazos. 

Primero Farruquito y El Farru por seguiriya, luego El Carpeta por alegrías, El Barullo por taranto y el Farru por guajira. Todos magníficos bailaores, todos con la marca de la casa. Pero faltaba lo mejor. Y eso fue la soleá de Farruquito. El joven patriarca de la saga funde lo rancio con lo actual, la tradición y la modernidad, el ayer y el hoy y lo adorna con esa elegancia, con ese dominio del cuerpo, esa compostura que caracterizan sus maneras e interpreta una soleá soberbia, atemporal.

Arropándolos con pasos estaban también El Potito y África Fernández y las voces de Pepe de Pura, Antonio Villar, María Vizárraga y Encarnación Anillo, las palmas de El Torombo y las guitarras de Román Vicenti y Juan Campallo.

                                                                                                       José Luis Navarro