A veces amanece
un día repleto de acontecimientos interesantes y ayer fue uno de
esos días. Por la mañana
asistimos a la presentación de una tesis doctoral del Programa de
Doctorado El Flamenco: acercamiento multidisciplinar a su estudio,
en la Facultad de Ciencias de la Educación.
El trabajo
presentado por, el ya doctor, Guillermo Salinas Ayllón y dirigido
por el Doctor Francisco Javier Escobar Borrego es un amplio,
interesante y novedoso estudio musicológico sobre la Nana flamenca,
titulado: La nana flamenca como género literario-musical:
Analogías y diferencias entre sus formas interpretativas.
De entre un
amplio corpus de un centenar nanas, recopilado por el doctorando,
selecciona y elabora sus propias partituras musicales, 42 en total ,
que analiza y estudia escrupulosamente realizando además un
interesantísimo estudio comparativos entre ellas. También incluye
al final una aplicación didáctica para el aula y dos CDs con las
nanas en cuestión.
Es, sin duda una
valiosa aportación a la investigación musicológica del flamenco,
hecha con saber, dedicación y una especial sensibilidad hacia esa
relación madre‒recién
nacido en la que se imbrica la nana. ¡Enhorabuena Guillermo!
Por la noche en
la Sala Garufa nos sorprendió otro inesperado encuentro. Un grupo
desconocido por nosotros con el que pasamos un espléndido rato.
Estaba compuesto por Silvia Martell y Carmen Torres al baile, Antonio
Franco al cante y la sonanta de Silvio Honnorat.
Silvia Martell |
En su taranto,
que disfrutamos a fondo, Silvia supo encarnar a la perfección la
imagen de la mujer del minero en su sencillez de atuendo y
movimientos que sin embargo deja entrever el drama cotidiano que le
ha tocado vivir. Su baile abierto, de bonitas formas y estampas, sabe
cerrarse con fuerza y poderío, con tirón y garra, para expresar
ese dramatismo, que va ligado al carácter del taranto. Un baile
personalísimo y lleno de autenticidad que finalizó por tangos a
los sones de Extremadura, que, por cierto, le iban muy bien. Fácil
de explicar, pero difícil de encontrar, para nada parecido a la
infinidad de versiones repetitivas y sin alma, que a menudo circulan
por ahí.
Carmen Torres |
Carmen, la otra
gaditana de la noche se trajo de su tierra toda la sal y la pimienta
que pudo encontrar y que derramó generosamente por alegrías sobre
el escenario del Garufa. Expresividad, viveza, gracia y descaro
fueron sus atributos.
Hay que decir que
ambas estuvieron estupendamente acompañadas y arropadas por la
guitarra y el cante.
Gracias a todos
ellos por ese buen ratito.