jueves, 19 de febrero de 2015

Un magnífico concierto de Manuel Valencia

Manuel Valencia volvió a demostrar anoche en los Jueves de Cajasol el porqué del Giraldillo a la Revelación que le concedió la pasada edición de la Bienal de Flamenco de Sevilla. Paso a paso, a base de seriedad, responsabilidad, humildad, un desmedido amor a la guitarra y, por supuesto, mucho arte, se está convirtiendo en otro exponente del mejor toque jerezano. 

 
Su música aúna el poderío y la justeza rítmica de la ciudad de las bodegas —ese proverbial soniquete—, con una técnica envidiable y una exquisita sensibilidad musical. Lo puso de manifiesto desde el comienzo mismo de su concierto, en una espléndida bulería por soléa, acompañado, como en casi todos los números del recital, por la percusión de Cepillo y las palmas de Carlos Grilo, Manuel Salado y Diego Montoya. Con ella nos atrapó entre las cuerdas de su guitarra. Después se asomó al futuro con una rondeña de su paisano José Luis Balao. Cedió el alante a su prima Felipa del Moreno y los dos llenaron de júbilo por alegrías la Sala Chicarreros. Luego tocó por fandangos y minera hasta que se quedó solo, miró atrás a la fuente de lo jondo e hizo una seguiriya clásica, rotunda. Volvió a quedarse atrás para acompañar a David Carpio por malagueña y por soleá. Entonces fue cuando apareció El Junco para terminar de llenar de flamencura las tablas con un baile rebosante de elegancia, gracia y espontaneidad. Valencia cerró el concierto, como era obligado, con unas bulerías que siguieron en el fin de fiesta con todos sobre el escenario.


Nuestra enhorabuena a Cajasol por esta justa apuesta por la juventud.

                                                                                                     José Luis Navarro
                                                                                              Fotos: Remedios Malvárez